Bruselas – La Comisión Europea dijo ayer que no abordó con el ministro español del Interior, Jorge Fernández Díaz, la serie de mejoras que anunció esta semana en la valla de Melilla para hacer frente a la presión migratoria que vive la ciudad autónoma española, informó un portavoz comunitario. “Hasta donde yo sé, este tema específico no fue mencionado en la conversación” que mantuvieron el pasado día 3 la comisaria europea de Interior, Cecilia Malmström, y Fernández Díaz en Bruselas, señaló el portavoz del ramo, Michele Cercone, en la rueda de prensa diaria al ser preguntado si las medidas son el resultado de esa reunión. “En todo caso, son los Estados miembros los que son responsables y los que tienen la competencia para decidir sobre las medidas que toman para proteger las fronteras exteriores”, indicó.

Al ser preguntado si hubo una petición por parte de la CE para que el Estado español cambie su política migratoria dado que la nueva valla será menos lesiva que la polémica concertina, Cercone reiteró que este aspecto no fue abordado entre las dos partes. “Los Estados miembros son libres de decidir cuáles son las medidas más apropiadas a tomar, por supuesto siempre con la garantía de que respetan los derechos y principios fundamentales”, recalcó.

El ministro español anunció durante su viaje a la ciudad autónoma la instalación de una malla “antitrepa” que, como su nombre indica, impide subir porque no se pueden introducir en ella los dedos para escalar. Se instalará en una longitud total de quince kilómetros – el perímetro tiene unos once – , tanto en la valla interna como en la externa, de ahí que se alcance una extensión de 15.000 metros, aproximadamente.

Además, se van a disponer tres nuevos postes, donde se instalarán tres cámaras térmicas, y se van a retirar los flejes, unos elementos flexibles que coronan el vallado, instalados con la sirga tridimensional y que, en vez de dificultar el salto, lo facilitan. Estos nuevos medios convivirán con la polémica concertina, que desde que se instaló en los puntos del perímetro de Melilla en los que había sido retirada, unos 2,5 kilómetros, han demostrado el efecto disuasorio que defiende el Gobierno español. – Efe