Exigieron ser trasladados a la península

Los inmigrantes se encaran con el ministro del Interior

Exigieron a Fernández Díaz en el CETI de Melilla ser trasladados a la península

Deia, Noelia Ramos, 07-03-2014

Melilla – Más vallas. Espigones más largos. Y mayor presencia policial. Esa es la apuesta de Jorge Fernández Díaz para “blindar” Ceuta y Melilla en su “combate” de Estado contra la inmigración irregular. El ministro en pleno viaje por ambas ciudades tras la tragedia de Tarajal recorrió ayer la verja que separa la primera localidad de Marruecos; y anunció que, para “proteger” las fronteras de Europa, se requiere allí una nueva malla antitrepa y más antidisturbios.

Por su parte, los inmigrantes acogidos en Melilla en un centro de estancia temporal saturado tras las últimas entradas masivas lanzaron un mensaje claro al ministro del Interior, que se reduce en pocas palabras, posiblemente las únicas que muchos conocen en castellano: “salida” (a la península) y “CETI no”. La visita al CETI fue uno de los momentos que más revuelo y confusión han generado de todos los actos convocados en la agenda prevista para ayer por el ministro durante su visita a la ciudad autónoma. Revuelo porque cientos de inmigrantes le esperaban para hacer oír su reivindicación en medio de un fuerte despliegue de seguridad, con miembros de la Unidad de Intervención Policial (UIP) y de los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS) de la Guardia Civil.

Y confusión porque, a pesar de que estaba fijada en la agenda, se llegó a comunicar a los medios de comunicación que aguardaban al ministro la suspensión de la misma “por motivos de tiempo”. Sin embargo, la visita al Centro de Estancia Temporal se volvió a replantear cuando muchos de los periodistas ya se dirigían al siguiente punto marcado en la agenda oficial del viaje. Antes de la entrada en el centro del ministro, que realizó en coche, se le había adelantado la secretaria general de Inmigración y Emigración, Marina del Moral, quien le acompaña en Melilla. Al llegar visitó algunas de las zonas del CETI, donde se han tenido que instalar más de una decena de tiendas de campaña, donadas en principio por el Ejército y sustituidas ahora por otras que Cruz Roja tiene desde el 2005, el año de las avalanchas. El centro alberga a casi 1.300 inmigrantes cuando su capacidad teórica es de 480 personas.

El grupo mayoritario, de acuerdo a su nacionalidad, es de los procedentes de Mali, con unas 270 personas, seguidos por los de Guinea Conakry, y los sirios, que suman alrededor de 150, entre adultos y menores. Todos ellos unieron sus voces para exigir a gritos salir de un CETI desbordado y que, en 24 horas, han abandonado unas 80 personas dentro de un programa de traslados a la península que se prevé que continúe en las próximas semanas.

Unos irán a centros de acogida gestionados por ONG colaboradoras y otros serán conducidos a Centros de Internamiento para Extranjeros (CIE), el teórico paso previo a la repatriación que, en muchos casos, nunca llega a producirse. Fernández Díaz tuvo la oportunidad de interesarse por varias historias concretas.

Mientras, otros 17 subsaharianos intentaron ayer entrar a Melilla, sin conseguirlo. Esta vez, la estrategia no fue saltar la valla sino a través de un vehículo kamikaze. Sin embargo, a diferencia de los más de 200 inmigrantes que lograron entrar el 28 de febrero, los de ayer, no lo consiguieron.

Los datos

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