Fernández Díaz cree que en Ceuta y Melilla se vive «una emergencia de Estado»
La Razón, , 07-03-2014El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, anunció ayer la puesta en marcha, con carácter de urgencia, de mejoras en la valla de Melilla, con una inversión de 1.500.000 euros, al tiempo que descartó la presencia del Ejército para reforzar el trabajo de la Guardia Civil, como ocurrió en el 2005.
En una rueda de prensa ofrecida en el Palacio de la Asamblea de Melilla, el ministro anunció una inversión de 1.500.000 euros para mejorar la eficacia de la valla y poder hacer frente a la presión migratoria que sufre la ciudad, comparable a la de hace ocho años.
Las medidas supondrán la colocación de una malla “antitrepa” en unos quince kilómetros del perímetro, tanto en la valla interior como en la exterior, la colocación de tres torres donde se van a instalar tres cámaras térmicas de vigilancia y la eliminación de unos elementos del vallado, los flejes, que actualmente ayudan a los inmigrantes a dar el salto.
Preguntado por la posibilidad de reforzar la vigilancia con la presencia del Ejército, como ocurrió en el año 2005, en la conocida como “crisis de la valla”, el ministro apuntó que “no es voluntad del Gobierno” tomar dicha medida, que sí adoptó el Ejecutivo socialista.
También aludió a que las concertinas, los alambres de cuchillas que tanta polémica han despertado, no han sido instaladas por el Gobierno del PP, ya que, cuando tomó posesión en diciembre de 2011, ya estaban colocadas en todo el perímetro de Ceuta y de Melilla, excepto en 2,5 kilómetros, que es donde se han repuesto. Insistió en que se trata de un elemento pasivo, no agresivo, que tiene una finalidad disuasoria y que cumplen con todos los requisitos de legalidad.
Fernández Díaz consideró que con las iniciativas que se pondrán en marcha en el perímetro de Melilla, que tardarán unos meses en estar totalmente finalizadas, se va a “controlar mejor” la inmigración, pero ha resaltado la necesidad de llevar a cabo otra serie de acciones más allá de la contención.
En opinión del ministro, sólo con consenso “interior”, en España, se puede trasmitir a la Unión Europea (UE) la necesidad de adoptar una política comunitaria ante este problema que afecta a las fronteras de Ceuta y de Melilla, que son también las fronteras de todo el continente.
En la reunión con las fuerzas policiales, les trasladó su “reconocimiento y agradecimiento” porque, según ha dicho, “trabajan con dedicación, profesionalidad y abnegación” para “combatir uno de los principales problemas que tiene Melilla y por tanto España y, por tanto, la Unión Europea, la inmigración irregular”.
Asimismo, reiteró su invitación a la comisaria de Interior, Cecilia Malstrom, para que visite Ceuta y Melilla y “hable con conocimiento de causa” sobre lo que ocurre en ambas ciudades españolas del Norte de Africa y su llamamiento a la “responsabilidad” de todos en este asunto.
En concreto, señaló que “no es coherente reclamar” en Europa que este asunto sea tratado “como política comunitaria” si “previamente” en España no hay unidad al respecto. Según ha apuntado, la situación es similar a la de la crisis de las vallas de 2005 y 2006 y requiere ser abordada como política de Estado, porque se vive “una emergencia”.
El ministro también ha resaltado la necesidad de mantener la colaboración actual que presta Marruecos “codo con codo” y que hoy mismo ha evitado la entrada a Melilla de un coche kamikaze con inmigrantes.
Para Fernández Díaz, la colaboración actual de Marruecos es “imprescindible”, no sólo para la lucha contra la inmigración ilegal, sino para hacer frente a “otras amenazas”.
Por ello, ha resaltado la necesidad de impulsar el acuerdo hispano-marroquí de 1992, ratificado 20 años después en 2012, que permite la readmisión de inmigrantes.
En previsión del artículo 11 del dicho acuerdo, que establece la creación de una comisión mixta presidida por los ministros de Interior de ambos países para tratar las “cuestiones litigiosas” del convenio, el próximo 26 de marzo, en Tánger, se va a producir una reunión de trabajo enfocada a este aspecto.
Además, ha defendido la legalidad de las que él considera como mal llamadas “devoluciones en caliente”, un término que no existe, y ha explicado que lo que se hace es un rechazo en frontera, un término operativo fijado en el 2005 y que el Gobierno actual comparte, al considerar que está amparado en la legalidad vigente.
Actuación de la Guardia Civil
En cuanto a la polémica sobre la actuación de la Guardia Civil en los sucesos de Ceuta en que murieron 15 subsaharianos, Fernández Díaz ha afirmado que la Guardia Civil “no hizo nada mal mientras no se demuestre lo contrario” y ha querido reiterar el “dolor” que ha provocado esta tragedia, de la que hoy se cumple un mes, pero ha defendido, una vez más, la “extraordinaria profesionalidad y proporcionalidad” con la que trabaja la Guardia Civil para evitar las entradas masivas de inmigrantes.
Además, ha afirmado que acusar como se ha acusado a los agentes del instituto armado de tener “responsabilidad” en las muertes de estas personas es no sólo “injusto”, sino que, además, es “inmoral”.
Visita al CETI
Asimismo, Fernández Díaz se interesó por la situación que se vive en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla, muy saturado con las últimas entradas de subsaharianos. Al CETI se ha dirigido el ministro, acompañado por el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, así como de mandos de la Guardia Civil y de la Policía Nacional.
En la puerta del centro se ha establecido un fuerte despliegue policial compuesto por efectivos de la Unidad de Intervención Policial (UIP) y de los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS) de la Guardia Civil.
También se encontraban en la puerta los familiares de los dos jóvenes melillenses fallecidos por disparos de la Marina Real Marroquí en octubre de 2013, que han increpado a la secretaria general y al ministro, que ha accedido al CETI en coche.
Fernández Díaz recorrió las diferentes estancias del centro, incluida la zona en la que se han colocado tiendas de campaña, instaladas debido a su saturación.
Las tiendas fueron cedidas por el Ejército, aunque actualmente están siendo sustituidas por otras de Cruz Roja, entidad que ha reforzado su colaboración con el CETI tras las últimas entradas masivas de la semana pasada.
La ocupación del CETI continúa siendo extremadamente alta, con casi 1.300 inmigrantes acogidos de unas 40 nacionalidades.
Son fundamentalmente subsaharianos, ya que son los que protagonizan los asaltos masivos al vallado, aunque también hay un amplio grupo de sirios, que suelen entrar en un goteo constante a través de los puestos fronterizos, aprovechando su parecido físico con marroquíes.
Antes de llegar al CETI, Fernández Díaz ha recorrido el perímetro fronterizo, empezando por el puesto de Beni Enzar, el principal de los cuatro pasos habilitados que existen entre Melilla y Marruecos.
Allí, el ministro ha saludado y hablado con las autoridades aduaneras marroquíes, a las que ha agradecido su trabajo y su colaboración, y con las que ha posado ante los periodistas, en una foto que ha calificado como “histórica”.
En este puesto, Interior prevé iniciar de manera inminente unas obras, que ya han sido adjudicadas, y que tienen como objeto mejorar tanto la fluidez como la seguridad del tránsito fronterizo.
Tras Beni Enzar, Fernández Díaz se ha dirigido a la valla, con una parada en la zona de Villa Pilar, uno de los puntos habituales elegido por los inmigrantes para sus asaltos.
Los casi once kilómetros de perímetro que tiene Melilla están custodiados por un triple obstáculo, un doble vallado al que se suma, en medio de las dos verjas, un entramado de cables de acero entrelazados denominado sirga tridimensional.
El coronel jefe de la Guardia Civil, Ambrosio Martín Villaseñor, ha ido explicando a Fernández Díaz las peculiaridades de la valla, incluida la zona en la que se colocará la malla “antitrepa”, anunciada ayer en Ceuta por el ministro.
La presión migratoria sobre Melilla es extrema desde hace más de un año y medio, pero ha sufrido un repunte en las últimas semanas, con tres entradas masivas en once días, que ha traído a la memoria el recuerdo de las avalanchas de 2005.
Este repunte ha coincidido con las medidas adoptadas tras la tragedia en la frontera de Ceuta el pasado 6 de febrero, entre ellas que se haya limitado el uso de pelotas de goma para repeler estas entradas masivas.
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