El color de los bloods es el rojo, aunque en los collares lo combinan con el negro. También firman como Bloodz, UBN (United Blood Nation) o ADS (amor de sangre). Nacieron en los setenta en Los Ángeles para la protección de los barrios negros; aunque este no era el fin de los 25 detenidos ayer en una operación en la que participaron más de un centenar de mossos.
JORDI ROVIRALTA
Uno de los detenidos ayer en Sant Boi de Llobregat
El objetivo fue descabezar esta banda, dedicada al tráfico de drogas y a los robos, demostrar que tiene una estructura jerarquizada y recabar pruebas: armas, pero también discos duros de ordenador. Con presencia en tres regiones policiales, la Metropolitana de Barcelona, la Metro Norte y la Metro Sur (la capital catalana, Barcelonès Nord y Baix Llobregat, principalmente), las acciones se centraron ayer en Sant Boi de Llobregat, en donde el grupo está establecido fuertemente y en donde se practicaron diez registros. En l’Hospitalet de Llobregat, donde confluyen la mayoría de las bandas latinas, se entró en tres edificios. En Vallirana hubo un registro. Entre los 25 detenidos, supuestos miembros con diferente responsabilidad en la banda y en los bloques (como llaman a la unidad básica) en los que articula.
La actuación fue similar a la de enero del año pasado contra los black panthers y también está motivada por la evolución de estas bandas hacia el crimen organizado, en la que los cabecillas superan la treintena y muchos de sus miembros son menores. Los bloods, aunque en los últimos años parecía que su fuerza había ido a menos, cuentan en su historial en Catalunya con homicidios de miembros de grupos rivales e, incluso, con el asesinato de un miembro que quería dejar el grupo, sucedido en septiembre del 2009 en l’Hospitalet. En enero del 2013 la Audiencia de Barcelona condenó a 17 años de cárcel por ordenar el asesinato al que era considerado jefe de la banda, William Samuel Cañizares. El asesino, el que apretó el gatillo, y su compinche, también condenados, eran entonces menores de edad.