El ‘gorrilla’ de 31 años y nacionalidad
marroquí que falleció la madrugada
del pasado 28 de febrero al ingerir
una bebida que encontró entre los
restos de un botellón sufrió una intoxicación
por un pesticida muy peligroso
y altamente tóxico, según han
confirmado los informes clínicos.
Nicasio Marín, especialista en Medicina
Interna y presidente del Sindicato
Médico en Almería, explicó ayer
que los médicos del hospital Torrecárdenas
aplicaron el protocolo para
estas intoxicaciones a los otros siete
jóvenes que también fueron ingresados
por ingerir la misma bebida, al
considerar que todos los síntomas
apuntaban a ello. «Si se hubieran esperado
a los resultados toxicológicos
quizás habrían muerto, pero gracias
a la aplicación de este antídoto se recuperaron
todos», dice Marín.
Según el doctor, se trata de un pesticida
del tipo de organofosforados y
carbamatos, que es altamente tóxico
y tiene su origen en los años 40,
cuando se utilizó como ‘arma de guerra’.
De hecho, afirma que el gas sarín
y los utilizados en Irán o Irak son
derivados de la misma molécula original
de este pesticida, de ahí que su
uso esté muy restringido y exista un
control extricto para su utilización en
la agricultura.
De momento, aún se está a la espera
de los resultados de los análisis toxicológicos
realizados con la botella
de whisky donde presuntamente se
mezcló el pesticida, para cotejarlos
con los obtenidos en la autopsia del
fallecido.
Los jóvenes resultaron intoxicados
en la madrugada del 28 de febrero.
Seis de ellos, vecinos de El Ejido y
con edades de 20 a 23 años, habían
encontrado una botella de whisky
que guardaron para el botellón que
tenían previsto llevar a cabo en la capital
para celebrar el Día de Andalucía.
Tras mezclarlo con refrescos detectaron
su mal sabor y dejaron
abandonadas las botellas en pleno
centro de Almería. Solo minutos después
comenzaron a desvanecerse y
cayeron al suelo, por lo que tuvieron
que ser trasladados al hospital.
Cuando se acababan de marchar
las ambulancias, fueron encontrados
los cuerpos tendidos en el suelo de
dos gorrillas marroquíes que bebieron
de las botellas halladas en la calle
y que consumieron en mayor cantidad,
lo que originó la muerte de uno
-y el ingreso en la UCI del otro. Los
siete ingresados en el hospital ya han
sido dados de alta, tras la aplicación
del antídoto contra el pesticida.