Los subsaharianos se pusieron en marcha hacia las 4.30 de la mañana divididos en grupos de unos 400 integrantes que intentaron superar la valla por varios sitios de manera simultánea. Uno de los grupos, de unas 300 personas, se dirigió al paso del Tarajal pero, a diferencia de lo sucedido el 6 de febrero, ni tan siquiera intentaron bajar a la playa al percatarse que las fuerzas de seguridad marroquíes habían colocado furgones bajo el puente internacional que da acceso a la arena.

Mientras tanto, otro grupo de unas 400 personas buscaba entrar por la zona de los polígonos comerciales, a 500 metros de la playa, y donde se encuentran las instalaciones de la Inspección Técnica de Vehículos. Una vez controlados los dos intentos de la madrugada, hacia las ocho de la mañana tuvo lugar un tercer movimiento de inmigrantes, esta vez por el paso fronterizo para porteadores marroquíes de Tarajal II y las inmediaciones del puente del Biutz. Intento que también fue desbaratado por los efectivos marroquíes y españoles, que formaron un cordón humano sin utilizar material antidisturbios. Durante el transcurso de los incidentes las fuerzas auxiliares de Marruecos detuvieron a decenas de subsaharianos a lo largo de todo el perímetro fronterizo. Tres agentes españoles resultaron contusionados levemente mientras algunas fuentes hablan de la existencia de varios heridos entre los inmigrantes, cuyo número es imposible de cuantificar ante el hermetismo de las autoridades marroquíes.

También en Melilla se vivieron ayer momentos de alta tensión ante la noticia de que centenares de inmigrantes, subsaharianos pero también de origen sirio, se acercaban a las puertas de la ciudad, lo que obligó a cerrar de manera preventiva las aduanas de Beni Enzar y Farhana, que fueron reforzados con la policía local ante la sospecha de que el intento no iba a ser saltando la valla sino entrando “a la carrera” por las puertas fronterizas.

El lunes llegaron a Melilla dieciocho componentes de un módulo de intervención rápida de los Grupos Rurales de Seguridad de la Guardia Civil con la misión de reforzar la vigilancia en la zona. Para la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) se trata de “un parche”.

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