Tres policías y un inmigrante en situación irregular se enfrentaron ayer en un juicio de faltas por un incidente ocurrido en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Barcelona. El joven, de 19 años y origen marroquí, denunció que los funcionarios le agredieron y le insultaron en el comedor del centro y pidió el pago de una multa de 240 euros por maltrato de obra e injurias. Los policías, que también le denunciaron, sostuvieron justo lo contrario: fue el interno el que les insultó y les propinó dos puñetazos. El fiscal creyó la versión de los policías y pidió una multa de 50 euros por desobediencia para el marroquí.

El incidente se produjo el pasado 6 de febrero en el CIE de la Zona Franca. El interno, que sufre una discapacidad mental, estaba comiendo cuando los policías le invitaron a abandonar la mesa, pues había consumido ya la hora y media reglamentaria para comer. Según la versión del joven, se limitó a pedir a los policías que le dejaran “acabar de comer” porque tiene problemas en las muelas que le obligan a masticar con lentitud, pero uno de ellos intentó quitarle la bandeja. Al encararse a los funcionarios, siempre según su declaración, recibió una patada y un golpe de porra. Los policías —un suboficial y dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía— sostuvieron, en cambio, que el interno les insultó cuando le advirtieron de que debía abandonar el comedor y, posteriormente, se giró hacia ellos y les propinó dos puñetazos.

Una cámara de seguridad del comedor recogió lo sucedido. Las imágenes han sido aportadas a la causa por la acusación particular, que ejerce el abogado Andrés García. Según la fiscalía, el vídeo no demuestra que los policías golpearan al interno, sino que este se lesionó durante su “acción de resistencia”. De ahí que pidiera la absolución de los agentes.