Veinte agentes que conforman un módulo de intervención rápida de los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS) de la Guardia Civil han llegado hoy lunes a Melilla para reforzar el dispositivo de control fronterizo, tras las últimas entradas masivas de inmigrantes.

Según han informado a Efe fuentes de la Delegación del Gobierno, los agentes proceden de León y se suman a los otros dos módulos de intervención rápida que ya se encontraban en la ciudad, con lo que en total hay alrededor de 60 miembros de los GRS en Melilla. Se trata de agentes especialistas en el mantenimiento y establecimiento del orden público y en el control de masas.

Inicialmente, la llegada del refuerzo estaba prevista para el domingo por la mañana, pero el temporal de viento, con rachas de hasta 100 kilómetros por hora, ha afectado este fin de semana a las comunicaciones aéreas y marítimas entra la ciudad y la península.

El Ministerio del Interior anunció el envío a Melilla de un tercer módulo de intervención rápida de los GRS el pasado viernes después de que más de doscientos inmigrantes consiguieran acceder a la ciudad tras un asalto violento a la valla fronteriza.

Se trataba de la mayor entrada de subsaharianos a la ciudad autónoma desde 2005, el año de las avalanchas. Además de los GRS y de la plantilla de la Comandancia de la Guardia Civil, también hay un helicóptero destinado a la vigilancia del perímetro fronterizo.
Un refuerzo «irrisorio»
SERVIMEDIA
La Unión de Oficiales de la Guardia Civil (UO) afirmó hoy que los refuerzos enviados para reforzar la frontera de Melilla son «irrisorios», puesto que, tras la prohibición del uso de material antidisturbios, no basta con los 40 miembros de la Benemérita que se han desplazado al perímetro de esta ciudad autónoma.
El portavoz de UO, Jesús Martin, en declaraciones a Servimedia, valoraba así la decisión del Ministerio del Interior de reforzar el número de agentes del Instiuto Armado que patrullan la frontera de Melilla, después de que la semana pasada entraran en la ciudad 214 inmigrantes en un asalto masivo a la valla.
Martín explicó que, tras la prohibición del uso material antidisturbios, se necesitan «entre dos y tres miembros de la Guardia Civil para cada inmigrante». «Si tenemos en cuenta el efecto llamada, la situación es insostenible y, por lo tanto, los refuerzos enviados resultan irrisorios y una vergüenza», aseguró el portavoz de UO. Para esta asociación, este problema no sólo afecta a la Benemérita, sino que también «es una cuestión política».