Continúa la presión migratoria

Veinte antidisturbios llegan a Melilla para reforzar la vigilancia de la frontera

El Mundo, PAQUI SÁNCHEZ MELILLA CORRESPONSAL, 04-03-2014

Continúa la presión migratoria sobre la frontera con Marruecos. Desde la tragedia del 6 de febrero, en la que perdieron la vida 15 personas, casi medio millar de inmigrantes ha saltado las vallas de Ceuta y Melilla.

En Ceuta, el pasado fin de semana volvió a haber actividad en torno a la verja por primera vez desde los incidentes con la Guardia Civil: siete inmigrantes entraron entre el sábado y el domingo. Ayer, tres subsaharianos lograron colarse por una alcantarilla ubicada bajo el vallado.

En Melilla, la extrema presión migratoria se vive en la valla pero también en la frontera marítima, por donde en los últimos dos días entraron casi 50 inmigrantes, que aprovecharon el fuerte temporal para probar suerte. Los sin papeles prefieren echarse al mar cuando más peligro hay para que la Guardia Civil se vea obligada a auxiliarlos y llevarlos a tierra.

Ayer, poco antes de las dos de la madrugada, entró a Melilla la segunda patera en 24 horas, cuando el viento azotaba a más de 80 kilómetros por hora y las olas llegaban a los cinco metros de altura. La barca que desafió la alerta amarilla estaba ocupada por 15 subsaharianos, entre ellos una menor, que llegaron por sus propios medios al puerto comercial. Allí desembarcaron solos y echaron a correr hasta que fueron interceptados por la Guardia Civil.

La embarcación, una neumática de cinco metros de eslora, estaba semihundida y desprovista del motor. Una de las hipótesis que baraja la Guardia Civil es que los inmigrantes la tiraron al agua para no dejar pistas de quién patroneaba la patera. Estos 15 subsaharianos se suman a los 32 que llegaron el domingo poco antes de las 7.00 horas, cuando las condiciones meteorológicas eran todavía peores. El rescate, a diferencia del de ayer, fue mucho más peligroso tanto para los propios inmigrantes como para los guardias civiles.

También en mitad del temporal llegaron ayer por la mañana los refuerzos de la Guardia Civil. En lugar de ser los 40 efectivos anunciados por el Ministerio del Interior, han sido finalmente 20, la mitad. Este baile de cifras se atribuye a un error en la fuente ministerial, dado que cada Módulo de Intervención Rápida está compuesto por una veintena de agentes.

El que ha llegado a Melilla procede de León y se une a los otros dos que ya había desplegados, sumando en la actualidad un total de 60 antidisturbios que no podrán utilizar sus herramientas de trabajo. Para la Unión de Guardias Civiles esta situación es «un remedio casero» porque «se manda a especialistas sin armas».

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