LA COMISARIA europea de Interior, Cecilia Malmström, recibió ayer una contundente y oportuna protesta de Jorge Fernández Díaz por sus críticas a la Guardia Civil tras la muerte de 15 subsaharianos ahogados en la playa del Tarajal. El ministro calificó de «inadecuadas, inapropiadas, imprudentes» y merecedoras del «rechazo» de España las declaraciones de Malmström, a quien animó a visitar Ceuta y Melilla y conocer la realidad de la presión migratoria antes de volver a pronunciarse con ligereza. La dureza de Fernández Díaz fue proporcional al irresponsable buenismo de Malmström, a quien asesora la ex secretaria de Estado de Inmigración de Zapatero, Anna Terrón. «Si no te gustan las concertinas dame una alternativa», le espetó el ministro, quien reclamó 45 millones a la UE para reforzar los perímetros fronterizos. Acertó Fernández Díaz al subrayar que la solución al problema pasa por dotar de recursos adecuados la vigilancia de las fronteras de Europa en África y al advertir de que las mafias no son ajenas a este tipo de controversias, que provocan un efecto llamada. Las cifras son tozudas. Medio millar de indocumentados han saltado las vallas de Ceuta y Melilla en el último mes. La comisaria debe implicarse, pero con financiación y cordura.