Melilla – La muerte camino de Ceuta de quince personas el pasado 6 de febrero ha puesto sobre la mesa la irregularidad de las cifras relativas a la magnitud de la presión migratoria sobre las ciudades autónomas: los cálculos siempre son estimados y aumentan o disminuyen en función de la fuente porque lo cierto es que ninguna entidad o administración pública sabe a ciencia cierta cuántas personas se encuentran en Marruecos con el objetivo de alcanzar Europa.

“No hay en ningún país del mundo una imagen cien por cien real de las propias migraciones”, afirma profesora de Geografía Humana de la Universidad de Navarra Dolores López Hernández. Sin embargo, el ministro del Interior dijo en el Congreso días después de la tragedia que “no menos de 30.000” personas esperaban en Marruecos para cruzar a España vía ciudades autónomas. Esta es la misma cifra que se facilitó en 2005, después de que diez inmigrantes fallecieran en Ceuta en distintos intentos en grupo de saltar la valla fronteriza. Lo hizo el entonces comisario europeo de Justicia e Interior, Franco Frattini, en octubre de aquel año, cuando trasladó a los Estados miembros que 20.000 inmigrantes esperaban en Argelia y 10.000 en Marruecos para alcanzar territorio de la UE a través de las fronteras españolas. Siete años después, Fernández Díaz hablaba de 30.000 personas solo en territorio marroquí. El Reino alauí, por su parte, estima que en todo el país viven entre 25.000 y 40.000 extranjeros en situación irregular y ha puesto en marcha este año un proceso de regularización para cuantos puedan acogerse. Las organizaciones no gubernamentales manejan cifras distintas. El último informe de Human Right Watch sobre la situación de Marruecos fija una horquilla entre 4.500 y 40.00 migrantes sin permiso de residencia. Aún con todo, según la profesora López Hernández, 4.500 o 40.000 es una cifra “insignificante” si se tienen en cuenta los millones de migraciones internas que se producen cada año en África. Además, España ha recibido desde 1998 “a millones de personas sin que eso haya supuesto un colapso del Estado del Bienestar”.

Por su parte, Médicos sin Fronteras calculaba, antes de abandonar el país a principios del año pasado, que eran entre 6.000 y 15.000, de los que unos 600 vivían en Oujda y otros 600 en Nador, donde según su experiencia, se concentran quienes realmente están esperando una oportunidad para dirigirse a Europa. En la misma situación se encontrarían los que viven en campamentos improvisados en los bosques y los montes marroquíes cercanos a las fronteras con las ciudades autónomas. Fuentes de la delegación del Gobierno en Ceuta calculan que cerca del cruce de Beliones y en la zona de Menyala se asientan más de 1.500 personas. En la delegación en Melilla, ofrecen una cifra similar: en torno a un millar de personas afincadas en las inmediaciones de la frontera.

Interior El secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, advirtió por su parte ayer de que la "división y las "críticas irresponsables a la Guardia Civil son el “mejor regalo” para las mafias de inmigrantes, que se están aprovechando de esta “debilidad para ejercer una presión brutal” en Ceuta y Melilla.

Martínez negó rotundamente que la Guardia Civil esté actuando “desanimada o con pasividad” ante la presión migratoria. El número dos de Interior destacó que el instituto armado está actuando “ejemplarmente porque sabe que tiene el respaldo del Gobierno y no ha bajado en ningún momento la guardia”, ya que “está por encima de las polémicas que se están generando”.

El secretario de Estado reconoció que las mafias que trafican con inmigrantes están intentando “aprovecharse de un momento de debilidad provocado porque se ha puesto en cuestión, de manera irresponsable, el trabajo de la Guardia Civil, para ejercer una presión brutal sobre las vallas fronterizas de Ceuta y Melilla”. Este paso masivo de fronteras (más de 500 inmigrantes han conseguido entrar en Melilla en los últimos doce días) se ha producido, según Martínez, “de manera coordinada y de una forma muy violenta”.

Primera mujer Además, una joven de 16 años que dice proceder de Camerún se ha convertido desde el viernes en la primera mujer que salta la triple valla de Melilla desde que en 2005 comenzaron las avalanchas de subsaharianos sobre la alambrada. Se llama Mirelle y va a pasar a la historia como la primera fémina en superar los seis metros de altura cada una de las dos vallas que recorren los nueve kilómetros de perímetro fronterizo así como la sirga tridimensional o cable entrecruzados que se pusieron en la zona intermedia para dificultar el acceso. La menor fue ayudada por otros compatriotas para subir e incluso durante la acción resultó herida en una pierna, por la que cojeaba, motivo por el que tuvo que ser ayudada a caminar una vez se enfrío y empezó a dolerle la lesión. – DEIA/Agencias