La salida hoy de un grupo de 57 inmigrantes hacia la península ha aliviado en parte la situación de colapso que vive el Centro de Estancia Temporal (CETI) de Melilla, que continúa saturado tras las últimas entradas.

Según han informado fuentes del centro, con el traslado a la península de estas 57 personas el CETI alberga a unas 1.080 personas, una cifra que continúa por encima del doble de su capacidad idónea, que es de 480.

Con las entradas masivas de los últimos dos lunes, días en los que más de 250 subsaharianos lograron acceder a la ciudad a través de la valla, el CETI alcanzó una de sus cifras récord, al acoger a unas 1.150 personas de casi 40 nacionalidades.

Los traslados a la península, que son frecuentes en los últimos meses, han conseguido bajar la cifra, aunque la ocupación es todavía muy alta.

La dirección del centro tuvo que recurrir al Ejército, que instaló tiendas de campaña y cedió literas para poder cobijar a todos los inmigrantes que habían entrado a Melilla en las recientes avalanchas.

El delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, ha expresado en distintas ocasiones su voluntad de que el CETI haga honor a su nombre y se convierta en un auténtico centro de estancia temporal y no prolongada.

Muchos de los inmigrantes que salen de Melilla son acogidos en centros gestionados por ONG, mientras que otros ingresan en los CIE, con la idea de poder ser repatriados a sus países.

Según datos oficiales, las entradas de inmigrantes irregulares mediante el salto a las vallas de Ceuta y Melilla crecieron un 113 por ciento en el último año según ha informado el Director General de la Policía, Ignacio Cosidó.

El máximo responsable de la Policía ha comparecido en la Comisión de Interior del Senado donde ha explicado las principales líneas de actuación de su Departamento y entre ellas la lucha contra la inmigración. En ese sentido, ha ofrecido estos datos de los principales fenómenos de inmigración y ha destacado el crecimiento de los saltos a las vallas fronterizas entre España y Marruecos y el incremento de llegadas al territorio nacional por esa vía.

Nota de Rabat

Por lo que respecta a los últimos asaltos a la valla, el gobierno de Marruecos atribuye la actual presión de la emigración sobre las fronteras de Ceuta y Melilla al éxito del «cierre de nuestras fronteras marítimas» a la emigración ilegal, que casi ha hecho desaparecer el tráfico de pateras.

Según el ministro de Comunicación y portavoz del Gobierno, Mustafa al Jalfi, el tráfico de pateras ha descendido «un 95% en el plazo de diez años» gracias a lo que llamó el «cierre de nuestras fronteras marítimas».

Eso ha animado a la emigración ilegal a buscar «la entrada terrestre por nuestras dos ciudades ocupadas» (en referencia a Ceuta y Melilla ), y lo ilustró con cifras: en 2012 se registraron diez asaltos masivos contra las fronteras de esas dos ciudades, y en 2013 fueron cuarenta.

Según otras fuentes conocedoras de la lucha contra la emigración ilegal, la policía marroquí ha recibido instrucciones de aligerar la represión contra los emigrantes (en su mayoría subsaharianos), y ello explica la audacia de sus asaltos, pero ninguna fuente oficial ha confirmado este extremo.

Al Jalfi recordó, sin vincularlo con los asaltos a Ceuta y Melilla, que su gobierno ha emprendido durante 2014 una operación de regularización de emigrantes «única en África» que ha recibido ya 10.000 solicitudes.