La Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, ha considerado hoy jueves que la utilización por parte de la Guardia Civil de pelotas o balas de goma contra inmigrantes que intentaban entrar a nado en Ceuta no fue «prudente», aunque se hizo utilizando los procedimientos habituales y autorizados.

«La prudencia hubiera aconsejado la no utilización de esos medios», ha insistido Becerril en rueda de prensa tras presentar en el Congreso la memoria anual de la institución correspondiente a 2013.

La defensora ha pedido un protocolo de actuación para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado «que indicara qué pueden hacer» ante la entrada por la frontera de inmigrantes en situación irregular y ha solicitado también el apoyo, no solo económico, de la Unión Europea en este asunto.

Becerril ha explicado que a última hora de ayer recibió un informe sobre la actuación de la Guardia Civil, del que se deduce que actuaron de acuerdo a la legalidad, y ha señalado que «no puede ir más allá» sobre la muerte de los quince inmigrantes, unos hechos que están siendo investigados por los juzgados de Ceuta.
«Devoluciones en caliente»

La Defensora del Pueblo ha considerado «oportuno» revisar la Ley de Extranjería después de una década en vigor en la que las circunstancias han cambiado y ha mostrado su deseo de que la reforma se haga con un «amplio» consenso parlamentario «para que pudiera perdurar durante un tiempo».

Preguntada sobre la posibilidad de que la nueva ley ampare las denominadas «devoluciones en caliente», una práctica que se sigue habitualmente para retornar de forma inmediata a Marruecos a los inmigrantes cuando llegan a España, ha dicho que no puede intuir ni opinar sobre intenciones.

No obstante, se ha mostrado a favor de «dar instrucciones a las Fuerzas de Seguridad para saber cuáles son los límites de su actuación».

Respecto a las declaraciones de la comisaria europea de Interior, Cecilia Malstrom, en contra del uso de las pelotas de goma, Becerril ha señalado que le gustaría que ésta conociera en persona las fronteras españolas y «las condiciones en las que se trabaja, las dificultades y los problemas de toda índole, de seguridad y humanitarios».