SEGURIDAD NACIONAL EN CEUTA Y MELILLA
ABC, , 25-02-2014CON el nuevo asalto masivo y violento a la valla que separa Marruecos de Melilla, es decir, Marruecos de Europa, se ha superado con creces el margen de solución del problema de inmigración ilegal en esta ciudad autónoma con los recursos habituales de las Fuerzas de Seguridad del Estado. La intensificación de los asaltos en Ceuta y Melilla coincide con un debilitamiento objetivo de la política de Estado en este asunto, en el que la Guardia Civil se considera injustamente tratada por los grupos de oposición, con el PSOE a la cabeza, y por una cierta parálisis en el Gobierno tras las críticas recibidas por la muerte de quince inmigrantes en aguas marroquíes. Las mafias de la inmigración ilegal saben que es un momento propicio para asaltos violentos porque al otro lado de las vallas se viven momentos de confusión.
Es evidente que la seguridad en las fronteras con Marruecos es insuficiente y hay que aumentarla con más presencia de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, sin descartar el despliegue de tropas, como acordó Rodríguez Zapatero en 2005. Las demandas a la UE para que apoye política y materialmente los esfuerzos españoles deben dejar de ser declaraciones improvisadas desde Madrid y transformarse en una estrategia diplomática ante Bruselas y los gobiernos europeos. La responsabilidad de Marruecos en el control de su lado fronterizo no puede ser soslayada en el análisis de la situación, porque si Rabat pone medios suficientes, los asaltos a Ceuta y Melilla disminuirían. La colaboración entre España y Marruecos debe ser la colaboración entre Europa y Marruecos.
Las imágenes del asalto realizado ayer en Melilla por cientos de inmigrantes retratan un problema de seguridad nacional en el que han de aplicarse, por supuesto, políticas humanitarias, pero como complemento de las que tienen el fin puesto en impermeabilizar las fronteras a la inmigración ilegal.
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