Una vez más, Melilla ha amanecido con un nuevo salto de inmigrantes a través del vallado fronterizo que separa la ciudad española de la provincia marroquí de Nador. Según estimaciones de la Comandancia de la Guardia Civil en Melilla, un grupo formado por unos 500 inmigrantes subsaharianos se ha acercado al perímetro fronterizo, de los que en torno a un centenar ha conseguido su objetivo de llegar a suelo español. La Delegación del Gobierno asegura los subsaharianos han mostrado una actitud “muy violenta”, ya que han usado piedras y palos para tratar de acceder a la ciudad autónoma.

Según el Ministerio del Interior marroquí, el asalto ha dejado a 27 personas heridas, 14 de ellos inmigrantes y el resto agentes de las fuerzas del orden marroquíes, informa Efe. De acuerdo a la nota, los inmigrantes, que hicieron su asalto desde la zona llamada Tigorfatín, “no obedecieron a los requerimientos habituales (de los policías) y pasaron a lanzar pedradas, que causaron trece heridos entre las fuerzas del orden”, quienes por su parte procedieron al arresto de 96 personas.

Además, trece inmigrantes añade el comunicado tuvieron que ser evacuados al Hospital Hassani de Nador para recibir atención médica “por las heridas causadas por las alambradas de la valla” que rodea el perímetro de Melilla, concluye la nota, que no hace referencia a que un centenar de emigrantes sí logró su objetivo.

El incidente se producía alrededor de las 7.45 horas entre las áreas conocidas como Río Nano y Rostrogordo, cerca del límite norte de la ciudad. Horas antes, este grupo de casi medio millar de subsaharianos había sido avistado, por las fuerzas actuantes a ambos lados del vallado, cobijándose en el pinar de Mariguari, una masa forestal cercana al lugar del salto.

Al amanecer, los inmigrantes han corrido en masa hacia el vallado, sorprendiendo a las fuerzas auxiliares marroquíes que, según la versión de la Delegación del Gobierno, han tenido que cobijarse en el interior del vallado y pedir auxilio a los miembros de la Guarida Civil destacados en el operativo anti-intrusión.

Una vez llegados al perímetro, el grupo de subsaharianos se ha dividido en dos, dificultando las labores de rechazo en frontera. Hora y media después del salto, todavía quedaban inmigrantes encaramados en lo alto de la valla interior, algunos esperando a ser desenganchados y otros con miedo a bajar por la posibilidad de poder ser “expulsados en caliente”.

Algo que no ha ocurrido, según han comentado las organizaciones defensoras de lso derechos humanos a ambos lados de la frontera hispano marroquí: “Desde el escandaloso incidente de Ceuta, se está actuando acorde a la legislación vigente y en cada intento de entrada se está cumpliendo con el Régimen General de Extranjería”, ha asegurado José Palazón, presidente de la ong PRODEIN.El segundo asalto

Todos los inmigrantes han sido conducidos al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), en donde han sido atendidos por sanitarios y se les ha proporcionado ropa y alimento. Varios jóvenes han sido atendidos con luxaciones, torceduras y cortes, pero ningún inmigrante ha resultado herido de gravedad.

El segundo asalto

Este es el segundo gran salto en una semana, después de que el pasado lunes, 17 de febrero, unos 150 subsaharianos consiguieran su objetivo de llegar a la ciudad autónoma. Durante toda la semana pasada ha habido avistamientos y conatos de acercamiento al vallado de grupos de hasta 300 inmigrantes.

Las oenegés estiman que en el monte Gurugú puede haber unos 400 inmigrantes refugiados, esperando a intentar entrar en Melilla. Las autoridades españolas y marroquíes advierten que la presión migratoria se va a mantener elevada estos días entorno a ambos enclaves españoles en el norte de África. El centro de acogida se encuentra, después de esta última entrada, al triple de su capacidad. Ya que alberga a más de 1.100 personas, cuando su capacidad óptima es de 475 internos.