La Guardia Civil ha detenido al patrón de la patera en la que viajaban una quincena de inmigrantes de origen subsahariano, uno de ellos menor de edad, con destino a las costas de Melilla. Cinco de los ocupantes tuvieron que ser rescatados por agentes del Instituto tras haberse arrojado al mar. La embarcación, una zódiac provista de motor, fue avistada sobre las 21.30 horas procedente de la zona norte, según informa la Delegación del Gobierno en Melilla. Al detectar la presencia de la Guardia Civil, la mayoría de los quince varones se arrojaron al agua para tratar de llegar a nado a la costa.

De los quince, diez lograron alcanzar tierra por sus propios medios, en algunos de los casos a nado y provistos de salvavidas y en otros a bordo de la embarcación, mientras que los cinco restantes tuvieron que ser rescatados por el grupo especial de actividades subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil.

Entre los quince ocupantes se encontraba el patrón de la embarcación, que fue detenido para su próxima puesta a disposición judicial. Se trata de un subsahariano que opuso abierta resistencia a la Guardia Civil y que ha ocasionado lesiones leves a dos agentes de los GEAS, a los que provocó contusiones y arañazos en su fuerte y violenta negativa a ser detenido, según la Delegación del Gobierno. Asimismo, las patrullas de seguridad ciudadana que esperaban a los inmigrantes en tierra firme requirieron el servicio de Cruz Roja para atenderles y tres de ellos tuvieron que ser trasladados a un centro hospitalario con síntomas de hipotermia.
Dos polizones salvan a varios inmigrantes

La otra cara del drama tuvo lugar cuando, durante el suceso, dos inmigrantes que estaban escondidos entre las rocas para colarse como polizones en el ‘Melillero’ no lo dudaron y, tras escuchar a los inmigrantes pedir auxilio en el mar, se lanzaron al agua para salvarlos, según explican los periodistas del Diario Sur Juan cano y Salvador Salas, enviados al lugar.

Uno de ellos se llama Outman, tiene 17 años y es de Nador. Según explica, vio a varios de los senegaleses levantando los brazos para pedir ayuda y se lanzó al agua, donde arrastró a los dos primeros hasta la escollera. “Los saqué agarrados cada uno a un hombro”, explica. Mientras, su amigo y compañero de viaje Ayoub los ayudaba subirse a las rocas. “No sé nadar”, confiesa el joven, de la misma edad y nacido en Fez. “Grité: ‘¡Guardia Civil, Guardia Civil!”.