Una treintena de guardias civiles trató de frenar el pasado día 6 en la frontera de Ceuta la llegada de dos centenares de inmigrantes que intentaban entrar de forma irregular en territorio español. Así lo indican fuentes del Instituto Armado, que señalan que «no hay suficientes efectivos» para vigilar «de manera adecuada» el perímetro fronterizo de esta ciudad autónoma.

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, relató la semana pasada, durante su comparecencia en el Congreso, que cuando las cámaras térmicas captaron «a un grupo de aproximadamente 200 personas» acercándose a la valla, enseguida se activó el «máximo nivel de alerta y el empleo de la totalidad del potencial de servicio de la comandancia, todo ello al objeto de garantizar que esa incidencia fuese atendida por un número adecuado de personal propio de la Guardia Civil». Pero, a pesar de la insistencia del diputado socialista Antonio Trevín, el ministro no desveló el número de efectivos desplegados a esas horas en el perímetro fronterizo de Ceuta.

Según las fuentes consultadas, el día de los hechos actuaron 13 guardias civiles de la Comandancia de Ceuta más 19 miembros del Módulo de Intervención Rápida (MIR) que se encuentran allí desplegados para reforzar los servicios de impermeabilización fronteriza. Son los llamados GRS, grupos antidisturbios de élite del Instituto Armado.

Las mismas fuentes añaden que el pasado lunes llegaron a Ceuta 20 guardias civiles más, que se quedarán «un tiempo» en la frontera en prevención de posibles nuevos incidentes. Es decir, ya hay dos Unidades Básicas Operativas (UBA) de GRS vigilando la valla. En toda la ciudad autónoma, actúan cerca de 560 guardias.

¿Treinta y dos agentes para 200 inmigrantes es mucho o poco?

El 29 de septiembre de 2005, cuando 600 inmigrantes intentaron entrar en Ceuta (dos de ellos murieron), 50 agentes se encontraban vigilando el perímetro fronterizo, que abarca 8,2 kilómetros. Días después, en el Congreso, el diputado del PP Antonio González Pérez le inquirió al entonces ministro socialista del Interior, José Antonio Alonso: «¿Usted cree seriamente que con 50 agentes se puede proteger la entrada de las fronteras españolas?». Argumentó, para pedir más medios, que, según el Estado Mayor de la Defensa, «para cubrir seis kilómetros con garantías se necesitan 400 hombres». Y le recordó que Marruecos tenía desplegados unos 5.000 efectivos alrededor de Ceuta y Melilla.

Bien es cierto que la intensidad de las llegadas no es la misma que entonces. Según los datos oficiales, en 2013 fueron interceptados 4.235 inmigrantes indocumentados en Ceuta y Melilla, frente a los 5.566 de 2005.

En cualquier caso, los flujos migratorios se han concentrado ahora en Ceuta y Melilla, cuando antes se repartían entre estas ciudades, el Estrecho y Canarias. La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) considera «impensable» que, con los medios actuales de los que disponen, se «vayan a parar» estas llegadas y sostiene que esta tragedia podía haberse evitado si se hubiera reforzado la frontera con «al menos 100 efectivos más».

Los guardias civiles creen que ahora los inmigrantes se comportan con ellos «de una forma más violenta» que antes para que se les abra atestado por agresión a la autoridad y sean llevados a comisaría, en vez de ser devueltos al instante. La asociación más representativa del Instituto Armado asegura que ya ha alertado varias veces de que hacía falta más personal.

De hecho, en junio del año pasado el número dos de Interior, Francisco Martínez Vázquez, afirmó en el Congreso que «un reto de particular importancia es reforzar la seguridad de las fronteras que sufren más de cerca la presión migratoria», en alusión a Ceuta y Melilla.

Otro hecho que sorprende en la tragedia de Ceuta, en la que murieron 15 personas, es por qué no acudió Salvamento Marítimo. Preguntadas por esta cuestión, fuentes del organismo encargado de los servicios de búsqueda y rescate respondieron que se enteraron de lo ocurrido por los medios de comunicación: «No nos llamó nadie. Si nos hubieran llamado, habríamos acudido».