Las fotos de los rostros de los ahogados, tomadas en la playa o en la morgue, van de teléfono en teléfono y de correo electrónico en correo electrónico. Los macabros mensajes son escudriñados a la búsqueda de nombres. Los rostros, las ropas, todo se ve y comparte con la intención de averiguar de la manera más fiable posible las identidades de los muertos en la mañana del 6 de febrero en la playa del Tarajal, entre Ceuta y Marruecos. Muchos de los que están recibiendo y analizando esas imágenes son supervivientes de la tragedia y, en algunos casos, amigos y compañeros de viaje de los fallecidos.

Una herramienta que está siendo de utilidad son los perfiles de la red social Facebook de los muertos y los desaparecidos, que también los hay aunque eso no significa que estén debajo del agua pues algunos pueden tardar semanas en dar señales de vida tras un suceso así.

Cinco de los que perdieron la vida han sido enterrados en Ceuta después de que sus cuerpos fueran recuperados en lado español. Diez permanecen en las morgues marroquíes de Castillejos y Mdiq, cerca del lugar de los hechos, según las cifras de Caminando Fronteras. «Les hicieron una autopsia en media hora, cosieron los cuerpos y ya está», explica Helena Maleno, consultora de esta ONG, que trabaja en un informe sobre lo ocurrido.

«No creemos que así podamos saber las verdaderas causas de las muertes y si, por ejemplo, tenían restos de gas (lacrimógeno) en los pulmones», añade Maleno, investigadora española especializada en asuntos migratorios que vive en Marruecos desde hace doce años.