Médicos obligados a emigrar
La Vanguardia, , 20-02-2014EL creciente número de médicos españoles que no encuentran trabajo al acabar su carrera, al igual que sucede en muchas otras profesiones, ha obligado a la Organización Médica Colegial a impulsar la Oficina de Promoción del Empleo Médico para orientar sobre posibles oportunidades laborales en el extranjero.
En tan sólo tres años, toda una generación de médicos españoles recién licenciados, más de siete mil, han solicitado el certificado de idoneidad para poder trabajar fuera del país. Este es un hecho realmente grave y que va en aumento.
No siempre, sin embargo, el hecho de emigrar debe considerarse como un fracaso personal por no encontrar empleo, ni del propio país por su incapacidad para ofrecer salidas profesionales a sus universitarios. Hoy en día, dada la enorme facilidad de comunicaciones, el mercado es el mundo no sólo para las empresas, sino también para las personas. El hecho de que España pueda formar buenos profesionales sanitarios y que, además, sean valorados internacionalmente constituye un éxito colectivo, tanto del sistema educativo como de los propios estudiantes. Esta es la visión positiva de la situación.
Otra cuestión es cómo obtener retorno económico de la importante inversión educativa que se ha realizado en las nuevas generaciones. Hay que tener presente que la formación de cada médico supone, de promedio, once años de estudio y un coste estimado de 300.000 euros. El principal beneficio de esta inversión es que los jóvenes licenciados españoles que se ven obligados a emigrar encuentran un futuro profesional, aunque sea fuera de su hogar. en el que tienen la posibilidad de desarrollar su carrera y de labrarse un porvenir. Lo importante es poder plantearse el trabajo en el extranjero como una oportunidad de progreso profesional y no como una opción de mera supervivencia. La experiencia y preparación de los que hoy emigran, además, puede constituir a su regreso una importante aportación al país. Así ha sucedido siempre.
También se produce la paradoja de que la emigración de médicos españoles coincide, como cualquier usuario de la sanidad puede comprobar, con un incremento de la inmigración de médicos de otros países hacia España. Probablemente este trasvase se produce como resultado de que las condiciones laborales que ofrece España a sus propios médicos son inferiores a las ofertas que reciben de otros países que valoran más su trabajo. El Reino Unido, por ejemplo, es con gran diferencia el país más solicitado por los médicos españoles que optan por emigrar, seguido de Francia, Brasil, Alemania, Suecia, Bélgica e Irlanda.
En cualquier caso, al margen de estas reflexiones, es evidente que en España existe un enorme desfase entre los recursos invertidos para la formación de médicos y profesionales sanitarios, con un exceso de facultades de medicina, y la demanda real que el país puede absorber. Baste citar que en los últimos diez años las facultades de medicina han pasado de 28 a 40, en las que actualmente ingresan más de 7.000 estudiantes cada año, una cifra imposible de absorber por el sistema sanitario. No hay duda, en este sentido, de que una mayor y más eficaz coordinación educativa sería muy recomendable para no dilapidar más medios ni dinero de los estrictamente necesarios, en unos momentos en los que el país anda escaso de recursos.
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