Rajoy se refugia en una frase socialista para no dar la cara por la tragedia de Ceuta

El presidente del Gobierno dedica casi media hora a lanzar flores sobre su gestión y hace caso omiso a las críticas de la oposición

Público, JUAN ANTONIO BLAY, 19-02-2014

Sesión de control en el Senado con Rajoy. Solo los que tienen buena memoria recuerdan cuando fue la última vez que el presidente del Gobierno pisó el hemiciclo del Palacio de la plaza de la Marina Española. Si, fue un lejano 5 de noviembre, hace exactamente 105 días. Pero para el presidente del Gobierno esto no cuenta, se ha presentado como si la última vez hubiera sido ayer, o antes de ayer. Fiel a sí mismo, ha recurrido de nuevo a la pesada carga por la herencia recibida y ha relatado pormenorizadamente los esfuerzos hercúleos para volver “a la normalidad”.

Sin embargo, no ha tenido ningún reparo en recurrir a los socialistas para esconderse de su responsabilidad a la hora de dar la cara por la tragedia de Ceuta en la que han muerto 15 inmigrantes subsaharianos el pasado día 6. En medio del asombro generalizado en la bancada socialista, y también en los escaños del resto de la oposición, Rajoy ha repetido una cita, apócrifa ya que no la ha atribuido a nadie, para responder a las críticas de la oposición y de las ONG. La frase en cuestión hace referencia a un dicho “que corre por México”y dice que “siempre se recurre a la policía cuando hay que buscar a un sospechoso”.

El único dato que ha facilitado ha sido el año en el que se pronunció, en 2005, en boca de “un representante de su formación política” y en sede parlamentaria. Según Rajoy, la frase fue pronunciada tras la muerte de dos inmigrantes en Melilla en unos incidentes en los que hubo además decenas de heridos al intentar entrar en territorio español .Fuentes cercanas a la Presidencia del Gobierno explicaron a Público que la frase fue pronunciada por el entonces portavoz de Interior del grupo parlamentario socialista, Antonio Hernando.

Pues bien, dicho lo cual el presidente del Gobierno ha tenido a bien no pronunciar palabra alguna añadida para referirse a la tragedia de Ceuta. Eso sí, previamente ha dicho que se sumaba a las palabras solidarias pronunciadas por su interpelante, el portavoz socialista Marcelino Iglesias, quien le ha exigido que se pronunciarse “porque todavía no hemos tenido oportunidad de oírle sobre esta tragedia”.

Sin embargo, Rajoy no ha defraudado tras tan larga ausencia en la Cámara alta. Ha sido fiel a su estilo: obviar lo ajeno y difundir lo propio. Esto es, relatar sus logros en estos dos años y pico que lleva al frente del Gobierno. Y en este capítulo, en el que ha empleado la práctica totalidad de los 14 minutos que le otorga la práctica parlamentaria para sus dos contestaciones a los socialistas Montilla, primero, e Iglesias, después, se ha explayado.

Vamos, estamos en una situación casi idílica hasta el punto de que la prima de riesgo “está ya en una cifra aceptable” y el empleo “ha iniciado ya un cambio de tendencia”. Incluso ha dado una cifra, obtenida desde su posición privilegiada, para proclamar que “hoy mismo hay 6.000 afiliados más a la Seguridad Social que hace un año”. Ante los gritos de “¡mentira!” desde la bancada socialista, que se remitían a las últimas cifras oficiales publicadas, Rajoy ha sido contundente: “Sí, señorías, las cifras las he visto esta misma mañana, hay 6.000 afiliados más”. Por su alguien no se había enterado de que es una persona con recursos, especialmente los que le da su posición como presidente del Gobierno.

Rajoy ha sido fiel a su estilo: obviar lo ajeno y difundir lo propioLa bancada popular ha tenido un gesto feo, muy feo, que pone en eengtredicho la sensibilidad de quienes la componen. Cuando el portavoz socialista Marcelino Iglesias ha utilizado sus primeras palabras para trasladar un mensaje de “solidaridad humanitaria” por la tragedia de Ceuta tras el fallecimiento de 15 inmigrantes subsaharianos se ha escuchado en el hemiciclo un sonoro abucheo "huuuuu…” para reprobar las palabras de Iglesias. Junto a Rajoy, que no se ha inmutado ni ha hecho ningún ademán de reprobación, se encontraba también el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, quien también ha permanecido impasible.

Rajoy se ha mostrado inalterable a las criticas de sus interpelantes, especialmente a las andanadas de Iglesias que le ha pedido que “la salida de la crisis no se produzca con una merma de derecho laborales, sociales, en educación o en sanidad. Hace 35 años, en plena Transición, España superó también una grave crisis económica, pero entonces no hubo recortes de ningún tipo, incluso aumentaron en los años siguientes”.

Sin embargo, Rajoy erre que erre. “Cuando yo llegué nadie daba un duro por nosotros, todo por la situación que nos dejaron ustedes. Lo primero fue parar la amenaza de intervención y lo conseguimos, …” y a partir de ahí una retahíla de datos, cifras y porcentajes que avalaban su gestión para “superar aquella situación. Ahora este año es el de la normalización, cuando ya habrá creación de empleo neto, y el año próximo tendremos crecimiento y una senda consolidada de aumento de puestos de trabajo”. Toda esta letanía la ha repetido, al menos, tres veces.

Otra parte de tiempo, no demasiado, la ha dedicado para referirse al asunto de Catalunya, bien es verdad que con cierta desgana. Tras mostrar su “perplejidad” por los argumentos que le planteaba el portavoz de Entesa, José Montilla, quien le pedía que “hiciera algo”, Rajoy ha dicho que estaba encantado de dialogar, “pero yo no puedo hablar de algo que no me corresponde, la soberanía”. A partir de ahí ha entrado en uno de sus conocidos galimatías para responder a la exigencia de mover ficha que le pedía Montilla. “A veces moverse es bueno, otras veces, no; a veces es mejor estarse quieto y en otras es mejor que no; y en ocasiones es mejor estar en movimiento ….”. Las risas han sido generalizadas y la duda consistía en saber si el propio Rajoy sabía que había querido decir. Un senador, pasados unos minutos, recordaba que hay una polka de un miembro de la familia Strauss con el nombre de “Perpetuum Mobile”. Sí, es de Johann Strauss II y suele ser una pieza habitual en el concierto de año nuevo de la filarmónica de Viena. Pues eso.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)