Mesa de Redacción
Fronteras morales
Deia, , 19-02-2014EN el alegato final de la defensa durante un juicio turbulento por motivos racistas, un joven abogado relata las atrocidades cometidas por hombres blancos a una niña negra. “Cierren los ojos”, pide mientras describe hasta las lágrimas la cruel violación, tortura y salvaje asesinato de la pequeña. Los esquemas del jurado, blanco, saltan por los aires cuando el joven abogado termina su exposición: “Ahora imaginen que la niña es blanca”. El pasaje de la novela de John Grisham sugiere cuántos prejuicios nos asaltan o por qué durará tan poco la búsqueda de una justicia justa con la masacre de la playa de Tarajal en Ceuta. Sin respuestas, nadie asume responsabilidades porque entre tanto silencio hay quince muertos negros que, por negros, pobres y ahora además muertos, constituyen menos alarma social tras una respuesta de muerte de aquellos que trabajan a diario por la vida de los no nacidos. La Guardia Civil dispara pelotas de goma al mar para marcar fronteras mientras los negros mueren delante de sus narices a manos de una defensa tan territorial como inmoral. Quizás cambiando el color de los desgraciados protagonistas cambie también la perspectiva de esta historia. Imaginando que los quince muertos en medio del silbido de las pelotas a ras del agua fueran blancos, ¿seríamos capaces de ampliar una frontera moral ante los supuestos peligros de las fronteras mortales?
susana.martin@deia.com
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