CULTURA Y ESPECTÁCULOS
Había una vez... un circo en el cole
Diario Sur, , 19-02-2014El proyecto nació hace un año en los recreos por iniciativa de algunos profesores y este sábado sale por primera vez de la escuela de Torre del Mar
Cien alumnos del Vicente Aleixandre se transforman en artistas circenses en el Teatro Cánovas
Son equilibristas, malabaristas, saltimbanquis, maestros de los platos chinos y genios del diábolo… cuando suena la campana. Alrededor de la media mañana, entre una clase de ‘mates’ y otra de lengua o de ‘cono’ (Conocimiento del Medio), se suben a un monociclo, saltan a una comba gigante o ensayan con las mazas. Y así, entre recreo y recreo, nació el Circo Alexandrini, el mayor espectáculo del colegio público Vicente Aleixandre de Torre del Mar. Lo que empezó como una iniciativa del profesorado para organizar «recreos divertidos» ha trascendido ahora al propio centro educativo: este sábado el Alexandrini levanta su carpa en el Teatro Cánovas. Con ellos arranca la Escuela de Circo, un programa de talleres, espectáculos y pasacalles que la compañía La Carpa desarrollará durante la Semana Blanca.
Cien niños y niñas (104 para ser exactos), de entre siete y doce años, han cambiado horas de juego frente a una pantalla por ejercicios de circo. Porque «los malabares no se pueden hacer con la PlayStation», puntualiza Dolores González, directora del CEIP Vicente Aleixandre. Más de 750 alumnos ocupan las aulas de este colegio multicultural – «una muestra de la sociedad actual» – en el que se impulsan actividades que fomentan «la convivencia y el respeto a todas las ideologías y culturas».
Trabajo en equipo
Y el circo lo tenía todo. Estudiantes de diferentes aulas, de distintas edades y de diversas nacionalidades – hay senegaleses, chinos, ecuatorianos, argentinos, de etnia gitana, marroquíes… – trabajan juntos en esta iniciativa puesta en marcha el año pasado por profesores de Educación Física y Música, y en la que al final se han implicado alrededor de 40 personas (además de los alumnos). En el Circo Alexandrini los niños viajan por el mundo en busca del color más bonito para pintar su colegio. Los pequeños recorren los países y sus culturas para descubrir al final «que el mejor color es la mezcla de todos», como símbolo de igualdad, tal y como detalla la directora. Se transmiten así valores de solidaridad y convivencia, y aprenden la importancia del esfuerzo y la responsabilidad.
Los maestros, recreo tras recreo, les han enseñado la base de las artes circenses. «Pero son ellos los que han ido haciendo ejercicios cada vez más difíciles por su cuenta. Se superan a sí mismos, el maestro es alumno y el alumno es maestro», asegura Dolores González. Así, se pasean por el escenario en monociclo mientras botan una pelota o giran un aro; y saltan a la comba hasta de cuatro en cuatro, las cruzan y entran y salen como si nada. Siempre buscando «el más difícil todavía». «Es increíble la habilidad que tienen y el respeto mutuo que hay entre ellos cuando uno falla», indica su directora.
De fondo, se escucha un cajón flamenco, unos timbales, una flauta o se interpreta una canción popular de Sudáfrica en un dialecto africano, según corresponda. Y todo en directo. Es la labor de La Orquestilla del Alexandrini, una treintena de niños que tocan instrumentos y cantan en vivo al ritmo de los números circenses.
El Circo Alexandrini ha «marcado» al colegio, y también a los niños: el juguete estrella de las Navidades han sido las combas y los diábolos. «¡Es emocionante! Hemos aprendido un montón de trucos para saltar a la comba», cuenta Ana Vanessa Pérez, de 11 años. Los mismos que tiene Paula Román, que está encantada de pasar tiempo con sus amigos y reírse tanto. Se divierten y ellos son los primeros sorprendidos. «Me apunté por hacer algo, porque estaba aburrido ese día… me cogieron y ya me quedé, me ha gustado mucho», reconoce Víctor Larra, también de 11 años. Dicen que en el Cánovas, donde ensayan estos días para la puesta en escena del sábado, se concentran más que en el colegio, pero no lo pueden evitar… «Cuando he salido al escenario estaba temblando», admite Raquel Correa, de ocho años. Pero los nervios se les pasan rápido, en unos segundos se mueven por las tablas como por su casa.
Esta será la apertura oficial de la Escuela de Circo de La Carpa, con un campamento durante las mañanas del 24 al 27 de febrero en el Cánovas y un teatro de sala por las tardes, ‘Pequeño circo de juguete’, en el que los niños se sentirán como artistas tras participar en un taller (una hora antes del directo). «Somos gente de teatro y hacemos circo a través de una propuesta lúdica con mucho color», indica Esther Caraballo, de La Carpa. Además, estos días el mayor espectáculo del mundo tomará el Centro de Málaga con diferentes pasacalles. Que empiece la función.
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