Efecto llamada en Melilla: más de 150 inmigrantes saltan la valla

Otros casi 2.000 subsaharianos esperan para asaltar la frontera

La Razón, Jesús María Zuloaga, 18-02-2014

Entre 1.500 y 2.000 subsaharianos están escondidos en la zona marroquí de la frontera de Melilla para, en cualquier momento, protagonizar intentos de entrada masiva en la Ciudad Autónoma, según han informado a LA RAZÓN fuentes conocedoras del asunto. Estas personas, según las citadas fuentes, están envalentonadas por el ambiente que se ha creado en España tras lo ocurrido días pasados en Ceuta, que ha producido un efecto «llamada», y la postura de los partidos de oposición en contra del Gobierno y de la actuación de la Guardia Civil que, insisten, fue la correcta en todo momento.

Una prueba de lo que ocurre, agregan los mismos medios, está en los cinco subsaharianos que se quedaron enganchados en el vallado y que, pese a los requerimientos de la Guardia Civil para que bajaran y proceder a atenderles (algunos estaban heridos), contestaron de una manera altanera y se negaron a obedecer hasta que llegaron las ambulancias de la Cruz Roja.

Por lo que respecta a Ceuta, el número de subsaharianos que intentan entrar ilegalmente en España es menor, pero no se puede descartar que, pese al reforzamiento de la vigilancia, intenten nuevas asaltos masivos.

Lo ocurrido en la madrugada de ayer en Melilla, cuando unas 150 personas de origen subsahariano consiguieron entrar en España por la frontera de Melilla, se considera, enfatizan las mencionadas fuentes, una consecuencia del ambiente que se ha creado en nuestro país por la politización del asunto de Ceuta y el cuestionamiento por parte de algunos sectores de la actuación de la Guardia Civil, que de nuevo ayer, como es habitual, ajustó sus actuaciones a normas establecidas. Según fuentes de la Delegación del Gobierno en Melilla, el salto, perfectamente organizado, se produjo alrededor de las 06:30 de la mañana. Unos 250 subsaharianos se habían congregado para intentar sobrepasar el vallado por la zona de Villa Pajares, entre el Barrio Chino y la frontera de Beni Anzar. Un centenar no logró sus objetivos (fueron interceptados por las Fuerzas de Seguridad del país vecino) y se quedó en zona marroquí, pero el resto logró su objetivo. A diferencia de lo ocurrido en otras ocasiones, no se han producido heridos entre los agentes de la Benemérita, aunque algunos inmigrantes resultaron lesionados. Cinco de ellos fueron atendidos en el Hospital Comarcal de contusiones diversas, posible fracturas o esguinces como consecuencia del salto del vallado. Dos de ellos fueron dados de alta casi inmediatamente.

Según las mismas fuentes, los inmigrantes actuaron de manera muy coordinada para lograr sortear el sistema anti-intrusión, en el que participaron, junto a los efectivos de la Comandancia de la Guardia Civil, el helicóptero destinado al control fronterizo y un módulo de la Agrupación de Reserva y Seguridad igualmente presente en la ciudad para el refuerzo de la vigilancia. Gran parte de los inmigrantes, una vez rebasaron el vallado, se dirigieron conjuntamente hacia el CETI (Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes), coreando cánticos y consignas de victoria (algunas fuentes aseguran que entre ellas figuraban las de apoyo a un club de fútbol español) y entraron por la fuerza tras derribar una verja. El equipo de seguridad que se encontraba a las puertas y que intentó que la entrada se hiciera de forma coordinada no pudo evitar este nuevo asalto.

La Guardia Civil fue apoyada por agentes de la Jefatura Superior de Policía en las labores de control del grueso de inmigrantes. También colaboró Cruz Roja, que tuvo que acudir al lugar para que los cinco subsaharianos descendieran de lo alto del vallado, en concreto de la verja interior o más próxima a Melilla. La mayoría de los protagonistas del nuevo salto masivo son, según Ep, francófonos y de nacionalidades diversas, pero principalmente de Camerún. En todo momento, demostraron actuar bajo una férrea coordinación.

El delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, subrayó una vez más la gran labor que realiza la Guardia Civil en defensa de la frontera sur europea o, lo que es lo mismo, las lindes marítimas y terrestres de Melilla. Asimismo, insistió en su condena hacia aquellos que respaldan el quebrantamiento de las mismas fronteras y, consciente o inconscientemente, cooperan de tal modo con las mafias que se lucran de la explotación y tráfico de seres humanos. Reiteró la necesidad de reflexionar sobre el actual modelo de inmigración, «al que no debemos resignarnos y que de forma brusca, cuando no extremadamente violenta, fuerza a toda costa el acceso a territorio melillense».

Una cumbre para abordar el problema

Los gobiernos de Melilla y Ceuta están cuadrando sus agendas para reunirse en una cumbre, prácticamente monográfica, en la que se abordará el problema de la inmigración que están padeciendo las dos ciudades autónomas. El portavoz del Ejecutivo melillense, Daniel Conesa, señaló que la presión migratoria que sufren tanto Melilla como Ceuta es una cuestión que se viene sucediendo desde «hace años», pero que en los últimos días ha cobrado más importancia.

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