YO de mayor quiero ser suizo. Un país bonito, por cierto, el de estos tíos. Si no ha cambiado mucho desde 1987, lo más peligroso que te puede pasar allí es que te crujan los huesos por bañarte en un lago a los pies de las montañas nevadas, que metas el morro en el chorro de Ginebra o que te caigas al foso de un oso en la capital y además un turista lo fotografíe. Por lo demás, cuando los de alrededor tuyo están de guerra a ti te dejan en paz; el paro es casi nulo y los sueldos espectaculares; le puedes contar tus secretitos al director del banco, que no dirá nada ni sometido a descargas eléctricas en zonas sensibles; cuando te plantean un referéndum, votas lo que te sale de las narices y lo que se aprueba va a misa. Y si no le gusta a alguien… Pues eso. Yo creo que no hay ni Tribunal Constitucional, fíjense lo que les digo. ¿Que no quieres que vengan a quitarte el trabajo tus vecinos europeos? Pues les pones un cupo, como al verdel. Luego que salga un señor de barbas y diga que no respetas los acuerdos de la UE y bla, bla, bla… Me pregunto yo: ¿Si incumplen los tratados, los echarán? Pues va a ser que no porque hacen unos relojes de aupalerandio. Peor lo tienes si eres escocés, catalán… separatista, para entendernos. Por cierto, lo mejor de Suiza es que no sale Iturralde González por la tele. Ni la Esteban.