Bruselas responde y deja a Suiza sin programa Erasmus
La firma de los acuerdos depende de que Berna acepte trabajadores croatas
La Vanguardia, , 18-02-2014Suiza ya sabe cuáles son las primeras consecuencias de su decisión de vetar la residencia a los trabajadores croatas: la Comisión Europea ha decidido suspender el acceso de Suiza a los programas de investigación (Horizonte 2020) y de intercambio de estudiantes (las becas Erasmus). Cerrar las puertas a los trabajadores europeos tendrá consecuencias para Suiza. La Unión Europea está decidida a que las autoridades y los ciudadanos sean conscientes de lo que se juegan y ha dejado en el aire la participación del país en los programas comunitarios de investigación Horizonte 2020 y de intercambio de estudiantes, las famosas becas Erasmus.
MARTIAL TREZZINI / EFE
Una clase en la Universidad de Ginebra; los universitarios suizos se han beneficiado hasta ahora de los programas europeos
Es la respuesta de la Comisión Europea a la decisión de Berna de –en contra de lo previsto hasta antes del referéndum– no firmar esta semana el acuerdo que permitiría a los ciudadanos de Croacia, el último país que ha entrado en la UE, tener libertad para establecerse y trabajar en Suiza. Durante las negociaciones se había establecido un vínculo entre ambos pactos, en la línea del quid pro quo que siempre ha caracterizado los tratos entre Berna y Bruselas: ofrecer una ventaja a una parte a cambio de recibir otra. Y la Comisión Europea no ha dudado en corresponder a la negativa de Berna a conceder la libre circulación a los ciudadanos croatas suspendiendo el remate de las conversaciones que habrían permitido a miles de suizos participar en los programas de la UE entre el 2014 y el 2020.
“Ante las circunstancias derivadas del referéndum en Suiza y a falta de una señal política clara de que este protocolo (sobre Croacia) va a ser firmado, hemos decidido posponer las reuniones de negociación”, explicó ayer la portavoz de la Comisión Europea. ¿Hasta cuándo estará en el aire el remate de las negociaciones? “Hasta que Suiza firme este protocolo. El vínculo entre ambos acuerdos está claramente previsto en el mandato que recibimos de los estados miembros. Esperamos una señal o una notificación de Suiza sobre este tema”, advirtió. Lo único que Suiza hizo saber a Croacia este fin de semana es que no podía firmar el acuerdo “en su forma actual”.
Del lado europeo “se desea calurosamente poder extender el programa Horizonte 2020 y Erasmus + a Suiza, pero esto está ligado a la firma del protocolo”, enfatizó la portavoz comunitaria, incidiendo en la “situación incierta” en que se encuentran las relaciones entre ambas partes tras el referéndum, donde ganó el sí a las cuotas por un ajustado resultado (50,3% de los votos). En el actual periodo presupuestario, las empresas y los universitarios suizos se han beneficiado ampliamente de los citados programas. Suiza contribuye previamente a su financiación pero, dado el alto nivel de formación de su población y la competitividad de las empresas suizas, los beneficios obtenidos superan el coste inicial.
Croatas e investigadores, profesores y estudiantes suizos se han convertido en las primeras víctimas bilaterales de la decisión de la Confederación Helvética, mediante referéndum, de poner coto (y cuotas) a la libre circulación de trabajadores. Y puede haber más –insiste en dejar claro la UE– si ambas partes no llegan a un acuerdo sobre cómo encajar esta nueva realidad en los acuerdos bilaterales, en vigor desde hace más de una década, entre la UE y Suiza.
Sin libertad de circulación para los trabajadores europeos, quedarán ipso facto en el aire los acuerdos de cooperación en materia de tráfico aéreo, ferroviario y vial, medio ambiente… Estas trabas comprometerían el acceso de Suiza al mercado interior europeo. La UE está convencida de que quien más puede perder es Berna, pero eso no quiere decir que desee ver saltar por los aires todos sus vínculos.
Los técnicos comunitarios parecen confiar en algún tipo de arreglo que permita al Gobierno suizo cumplir con sus obligaciones tras el referéndum pero sin violar sus acuerdos con la UE, algo difícil pero quizá no imposible. Las autoridades suizas se han comprometido a definir los plazos para llevar a la práctica las conclusiones del referéndum antes de junio y a aprobar las leyes necesarias antes de finales de año. La consulta ya preveía tres años de negociaciones con los países terceros para arreglar la situación pero el mensaje de Bruselas es que “la libre circulación de personas no es negociable”, como la semana pasada recalcó José Manuel Durão Barroso, presidente de la Comisión Europea.
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