El discurso de la dirección socialista contrasta con la posición que el PSOE mantenía cuando ocupaba el Gobierno. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha intentado justificar el uso de pelotas de goma en el mar para delimitar una línea imaginaria que no traspasasen los subsaharianos. «Un área mediante medios antidisturbios», dijo, para frenar el avance de los inmigrantes y acotar la traza fronteriza en el mar. En septiembre de 2005, con el PSOE en el Gobierno, Antonio Hernando, entonces portavoz de Inmigración en el Congreso, defendía la idea de «frontera política» y no «geográfica y topográfica», porque si no «no hay forma de detener ese flujo migratorio». La diferencia con el concepto usado por el actual ministro es que Hernando hablaba de frontera «política» en relación a la valla y no al mar.

Los socialistas también avalaron en su día el uso de material antidisturbios en la valla. Sucedió en junio de 2005, cuando un grupo de inmigrantes intentó entrar en Melilla a través de escaleras y, según IU y ERC, fue reprimido con dureza. En aquel momento, el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, reconocía que existía un «problema humano», pero añadía: «Los primeros que infringen la legislación de Extranjería son aquellos inmigrantes subsaharianos que pretenden entrar en ocasiones de manera especialmente violenta».

En junio de 2006, quien era subsecretario de Interior, Justo Zambrana, admitía el uso de material antidisturbios ante el «violento asalto» de 300 inmigrantes en sucesivas oleadas, tratando de atravesar el perímetro fronterizo. Murieron tres.

En octubre de 2005, el ministro, José Antonio Alonso, se pronunciaba sobre una intrusión un mes antes en Ceuta y achacaba las heridas de 94 subsaharianos a «los cortes de la propia concertina».