elecciones europeas
A cien días de una 'nueva' Eurocámara
Los sondeos apuntan a un castigo a los tres grandes grupos y a una subida de la izquierda y la ultraderecha
Deia, , 13-02-2014CIEN días es el margen que se da a todo gobernante para demostrar su capacidad de gestión y de generar confianza en el electorado, una especie de tregua en la que pasar de las palabras a los hechos. Y es el plazo que tienen todos los partidos políticos que concurrirán a las próximas elecciones europeas de mayo entre el 22 y el 25 para convencer a sus votantes de que esta cita electoral es clave para ellos y para Europa. En juego, más allá de los 751 escaños a repartir, 54 en el Estado español, está el apoyo a un proyecto político que vive sus horas más bajas tras años de una crisis que ha hundido a mínimos históricos la confianza de los ciudadanos.
‘eurodesencanto’ Un eurodesencanto que, según las proyecciones que maneja la Eurocámara, se dejará sentir especialmente en los grandes grupos políticos. Todo ellos, desde el PPE primera fuerza con 275 escaños hasta el PSE 195 escaños y el grupo de la Alianza de Liberales y Demócratas Europeos 85 escaños perderán peso en el nuevo hemiciclo. Los dos grandes, que se reparten el 60% de los asientos, se dejarían en torno a un 5% y los sondeos les otorgan un resultado ajustado y disputado. A día de hoy cualquiera de los dos estaría en posición de ganar e incluso podrían hacerlo por primera vez en años los socialistas, que actualmente cuentan con 80 escaños menos que el PPE. Nadie discute, sin embargo, que seguirán siendo el motor de la cámara pero no con la holgura de ahora.
Esto significa que tendrán que seguir mirando hacia grupos como verdes o liberales que podrían sufrir un fuerte retroceso. En el caso de los liberales, en el que se encuadran PNV y Convergencia, aspiran a seguir siendo la tercera fuerza pese a que podrían dejarse una quincena de escaños, especialmente en Reino Unido o Italia. Frente a esta tendencia destacan las buenas perspectivas con las que arrancan los partidos más extremistas, tanto de derechas como de izquierdas, así como los euroescépticos. Formaciones como el Frente Nacional de Marine Le Pen o el PVV holandés que lidera Geert Wilders. Partidos aliados que han recibido con satisfacción el resultado del referéndum para limitar la inmigración europea en Suiza y que podrían hacerse con el triunfo en sus respectivos países. Aún así, no lo tendrán fácil para formar grupo político propio en la cámara se necesitan socios de siete países diferentes y al menos 25 diputados dadas las diferencias de fondo que les separan de euroescépticos como el Partido por la Independencia de Reino Unido en el grupo EFD y los conservadores británicos ERC del primer ministro David Cameron.
Entre todos ellos sumarían un máximo, según cálculos de la Eurocámara, del 20% lo que echaría por tierra los malos augurios. “Esta impresión de que viene una ola de la extrema derecha y de euroescépticos no sale. Es evidente que habrá un aumento pero no hay una marea gris a las puertas del Parlamento que vaya a pasar como un tsunami y se lleve la construcción europea”, aseguran desde la institución. Frente a ellos, la Izquierda Unitaria Europea que concurre con grandes esperanzas gracias al repunte de formaciones como la griega Syriza, a quien auguran incluso la victoria en Grecia a costa de un Pasok hundido tras años de austeridad y rescates. En definitiva, un Parlamento Europeo distinto, más diverso y más plural.
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