«Estoy herido. La Guardia Civil me disparó pelotas de goma en la cabeza. La gente ha muerto en el agua porque ha perdido sus flotadores por culpa de la Guardia Civil. También nos lanzaron gases lacrimógenos mientras nadábamos». Así relata Womsi Desire, un inmigrante camerunés, cómo vivió ayer el intento de entrada masiva en Ceuta que se saldó con nueve inmigrantes muertos.

El asalto a la frontera del Tarajal fue violento por ambas partes. Los inmigrantes acusan a la Guardia Civil de haber utilizado material antidisturbios, mientras que la Delegación del Gobierno admite el uso de pelotas de goma, pero en zona de tierra y no en el mar.

Las palabras de los inmigrantes apuntan a que la actuación de la Guardia Civil pudo ser uno de los factores que propició el trágico final de algunos de los sin papeles en el Tarajal, el único paso habilitado para el tránsito entre Ceuta y Marruecos.

«Por la mañana dejamos el bosque y fuimos hacia la frontera con Ceuta. Intentamos saltar la valla, pero no lo logramos y, entonces, probamos por el Mediterráneo. Vi cómo moría un compañero después de perder su equipo de salvamento por culpa de la Guardia Civil. Yo vi ocho muertos, pero hay más», relata Womsi, visiblemente nervioso al otro lado del hilo telefónico. Este camerunés se encuentra en Tánger, a donde fue trasladado desde la comisaría de Tetuán, debido a que se encuentra herido.

Según informó la Delegación del Gobierno, ninguno de los más de 250 inmigrantes logró traspasar la frontera y casi todos se encuentran arrestados en las dependencias policiales marroquíes.

Desde las ONG critican la virulencia de los guardias civiles al repeler la entrada de los indocumentados, mientras que el Gobierno asevera, por el contrario, que los policías de ambos países no recuerdan «un nivel de violencia similar por parte de los subsaharianos».

«Lo que nos dicen los numerosos testimonios que hemos recogido es que algunos inmigrantes se han podido ahogar por la intervención de la Guardia Civil. Los agentes han utilizado pelotas de goma y gases lacrimógenos contra ellos», aseguró ayer en conversación telefónica Helena Maleno, activista del colectivo Caminando Fronteras.

Así como en otras ocasiones los subsaharianos han acusado de brutalidad a la Gendarmería marroquí, en esta ocasión culpan a la Guardia Civil de haber actuado con mucha dureza: «Los supervivientes nos han dejado claro que en esta ocasión los más agresivos no han sido los gendarmes marroquíes, como suele ser lo habitual, sino los guardias civiles, que les han sorprendido con su violenta actuación», añadió Maleno.

El delegado del Gobierno en Ceuta, Francisco Antonio González, confirmó el uso de material antidisturbios para repeler la entrada de los subsaharianos, que lanzaron piedras y objetos contundentes contra las Fuerzas de Seguridad. González admitió haber utilizado pelotas de goma y cartuchos de fogueo, pero de forma disuasoria y nunca directamente contra los sin papeles.

El delegado insistió en que la actitud de los inmigrantes «ha sido muy violenta, han apedreado a los guardias civiles, algunos de los cuales han resultado heridos leves, han dañado varios vehículos y han destrozado una garita de vigilancia en la zona del espigón como consecuencia del lanzamiento de piedras».

Además, González ha utilizado dos argumentos para rebatir el relato de los indocumentados: uno, que las fronteras están separadas por una valla de seis metros y, por tanto, las pelotas de goma habrían llegado en forma de parábola; y otro, que los guardias civiles nunca disparan en territorio marroquí porque pueden alcanzar con alguna bola de fogueo a los gendarmes del país vecino.

Como prueba de ello, «ningún inmigrante resultó herido», según la versión del delegado del Gobierno. Sin embargo, desde la ONG Caminando Fronteras desmienten esta explicación e indican que hay varios inmigrantes heridos, no sólo por la actuación de la Guardia Civil, sino porque también fueron golpeados por los agentes del país vecino.

Los hechos comenzaron en torno a las 5.45 de la mañana, cuando las cámaras térmicas detectaron los primeros movimientos de unos 250 inmigrantes. En primer lugar, los subsaharianos se dirigieron al conocido como puente del Biutz, un lugar de paso de mercancías habilitado frente a la aduana fronteriza.

Tras comprobar que las Fuerzas de Seguridad les estaban esperando, los inmigrantes se dirigieron a la carrera a la frontera del Tarajal, el paso oficial entre España y Marruecos. Este segundo intento también resultó baldío, por lo que los sin papeles se reagruparon en la playa en busca de nuevas tentativas.

Los inmigrantes decidieron entonces lanzar un tercer intento a la desesperada. Algunos probaron a saltar el vallado del Espigón, mientras otros pretendieron cruzar a nado. Los subsaharianos fueron repelidos por la Guardia Civil y ninguno entró en territorio español.

El intento de entrada masiva y la refriega se saldó con nueve muertos, aunque no se descartan más cadáveres. La causa de los fallecimientos se sabrá cuando se conozcan los resultados de las autopsias, que se practicarán hoy.

>Vea en EL MUNDO en Orbyt el videoanálisis de Ana del Barrio.