Los ultras se imponen a Hollande

Desconcierto en los socialistas franceses por el aplazamiento de la ley de la Familia

La Vanguardia, LLUÍS URÍA París. Corresponsal, 05-02-2014

Hollande ha envalentonado a la extrema derecha y ha sumido a su propio partido, el socialista, en la confusión al aplazar la aprobación de la nueva ley de Familia, una maniobra electoralista que se está volviendo en su contra.

Los ultras se han llevado el gato al agua. Acosado en la calle y en las escuelas por los grupos católicos radicales y de extrema derecha, François Hollande ha cedido finalmente a la presión y ha decidido aplazar la aprobación de la nueva ley de la Familia, rechazada de plano –a causa de lo que contiene o puede contener– por los ultraconservadores. Con su gesto, el presidente francés buscaba apaciguar los ánimos a un mes y medio de las elecciones municipales. Pero lo único que ha logrado ha sido envalentonar a los radicales, que ayer celebraban su “primera gran victoria” –nótese el adjetivo ordinal– sobre el Gobierno, y desconcertar a los socialistas, además de irritar a sus aliados ecologistas y de izquierdas.
ÉTIENNE LAURENT / EFE “La mani de todos”. Bajo este lema, decenas de miles de personas se manifestaron el domingo en París (foto) y en Lyon contra el proyecto de ley de la Familia, pero también contra el matrimonio gay o la liberalización del aborto

Los grupos que se movilizaron masivamente el año pasado contra la aprobación del matrimonio homosexual –una especie de Tea Party a la francesa, del que está ausente el principal partido de la derecha, la UMP, e incluso el Frente Nacional– han vuelto a la carga en las últimas semanas en diversos frentes: convocando jornadas de boicot en las escuelas contra las enseñanzas sobre la igualdad entre hombres y mujeres –con el pretexto de que el Gobierno pretendía introducir una supuesta teoría del género, a través de la cual se incitaría a los niños a negar las diferencias entre sexos y se promovería la homosexualidad, cuando no la masturbación–, y organizando paralelamente una oleada de manifestaciones, así para reclamar la dimisión de François Hollande –el llamado “día de la cólera”–, rechazar la liberalización del aborto y apoyar la reforma del PP en España, o denunciar el proyecto de ley de la Familia, sospechoso de querer autorizar la procreación médicamente asistida (PMA) a las mujeres solas y a las parejas de lesbianas –hoy está reservada a las parejas heterosexuales y casadas que tengan una imposibilidad física para procrear–, y la gestación por otro (GPA), esto es, los vientres de alquiler, para todo el mundo, homosexuales incluidos.

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