acusado de asesinar a un hombre en Santutxu

"No fui con intención de robar, ni de matar a nadie, solo fui a despedirme"

El acusado de asesinar a un hombre de 78 años en Santutxu niega los hechos

Deia, C. ZÁRATE, 01-02-2014

BILBAO. “La puerta estaba abierta y le encontré sentado en el sofá, le agarré por las axilas y lo levanté para ver si reaccionaba pero me entró pánico. Se me fueron las ideas y me vino a la cabeza que iba a estar en prisión, y pensé en mis hijos. Me fui corriendo hasta casa porque no quería meterme en problemas. Soy colombiano y tenemos mala fama”. El acusado de matar y robar a Francisco – un hombre viudo de 78 años, para quien trabajaba realizando tareas domésticas en el barrio bilbaino de Santutxu – negó ayer en la Audiencia Provincial las acusaciones que le responsabilizan del crimen ocurrido el 26 de mayo de 2011.

El juicio contra M. A. S. P, de 39 años, que se enfrenta a una pena de hasta 25 años de prisión por los delitos de asesinato con alevosía y robo con violencia, se reanudó ayer después de haber sido suspendido hace ocho meses a petición de la defensa. El letrado consideró que el convenio de extradición entre España y Colombia solo autorizaba a juzgarle por el delito de homicidio por el que se consintió su entrega tras su inmediata marcha a Colombia justo después de los hechos.

Según el relato de la acusación, M. A. S. P. y de nacionalidad colombiana, acudió el día del suceso a primera hora de la mañana al piso de la víctima, una vivienda de la calle Párroco Unzeta de Bilbao, con la intención de “apropiarse del dinero que había en el domicilio, ya que conocía que tenía cierta cantidad que guardaba en un cajón”. Francisco acababa de sacar efectivo para realizar un viaje a Benidorm, que tenía previsto el día 28 de mayo.

Según explicaron, el asesino lanzó “por sorpresa” una primera puñalada en el abdomen con un arma blanca de 10 centímetros y la víctima, gravemente herida, logró llegar hasta la última habitación de la casa, donde su agresor le sujetó la cabeza y le degolló “con el ánimo de acabar con su vida”. Tras el crimen, fue al dormitorio y cogió una pequeña caja de caudales en la que el fallecido solía guardar dinero.

Por su parte, el acusado negó todos los hechos y sostuvo que acudió a casa de su jefe para despedirse. “Yo no hice eso que dicen de matar a Francisco. No fui con intención de robar, ni de matar a nadie. Tenía muy buena relación con él, hablábamos de fútbol y de otras cosas”, apuntó el detenido, quien cuestionado por la defensa afirmó que “no tendría necesidad de matarle para robarle. Con mi corpulencia, y él siendo un anciano, con un golpe le pongo a dormir”, destacó.

Después de abandonar el cadáver, el detenido salió de la casa de la víctima y se dirigió a la de su madre, donde se cambió la ropa manchada de sangre, que la policía encontró luego en la lavadora. “La dejé encima de la cama, como hacía siempre, porque luego mi mamá la echaba a lavar”, justificó el acusado.

Posteriormente, M. A. S. P. cogió un taxi y se dirigió al aeropuerto de Loiu para tomar un vuelo a Madrid y de ahí a Bogotá. El acusado declaró que no trataba de huir, ya que “había comprado el billete dos días antes” para regresar a Colombia ante la imposibilidad de encontrar trabajo en Bilbao.

En Bogotá, las autoridades colombianas encontraron en su maleta dos juegos de cuchillos “sin estrenar”, según aclaró el detenido, pese a que la acusación le informó de que “el órgano instructor dice que uno estaba usado”. “No podía estar usado, eran nuevos”, sostuvo el acusado.

Por otro lado, ayer compareció también la madre del acusado, quien se contradijo a la hora de señalar la fecha en la que su hijo empezó a trabajar en casa de la víctima, momento en el que el detenido, visiblemente nervioso, tuvo que recurrir a un aerosol.

Instantes después, su madre afirmó que, a pesar de ir a despedirle al aeropuerto, este no le dijo que Francisco estaba muerto. Luego, ese mismo día, le envió 300 euros a Colombia “para que comprase una cama”. Asimismo, la mujer lamentó que en este caso “no haya habido investigación ni nada, únicamente han echado la culpa a mi hijo” y afirmó que si hubiese sido el autor del crimen, podía haber escapado por la selva a Venezuela a pedir asilo y no lo hizo.

Posteriormente, también declararon la hija de la víctima y el yerno, así como diversos vecinos.

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