El Ayuntamiento de Badalona precintó el domingo por la noche un local de culto situado en la calle de Pau Piferrer, en el barrio de la Salut, que, según manifestó ayer el consistorio a través de un comunicado, no disponía de la licencia necesaria para poder funcionar como centro religioso. El lugar era un oratorio evangélico frecuentado por fieles de origen rumano de la localidad, con una superficie aproximada de unos 130 metros cuadrados. Según la nota municipal, las actividades que se realizaban en este espacio habían provocado numerosas quejas por parte de los vecinos de la zona, fundamentalmente debido a la acumulación de personas que se concentraban de manera reiterada, ocupando las aceras durante buena parte del día, y a los ruidos, ya que el local no reunía las condiciones necesarias para poder funcionar como centro de culto en Badalona.
Técnicos del departamento de Disciplina Urbanística y agentes de la Guardia Urbana se desplazaron el domingo hasta este local para comunicar al responsable del culto religioso la ejecución del expediente de legalidad urbanística que ha comportado el cierre y precinto de este oratorio. Una vez finalizó el oficio, al que asistían cerca de 80 personas, los técnicos del ayuntamiento procedieron a la clausura, que básicamente consistió en colocar una pegatina en la persiana informando de la situación.

SEIS MESES DE CRÉDITO / El alcalde de Badalona, el conservador Xavier Garcia Albiol, explicó que este espacio «se estaba utilizando de manera ilegal como local de culto religioso evangélico desde hacía unos seis meses». «El gobierno municipal ha cerrado este oratorio porque no tenía los permisos para desarrollar esta actividad y debido a la alarma creada entre los vecinos, los cuales de manera reiterada nos han hecho llegar sus quejas por los ruidos que generaba la actividad y los comportamientos incívicos de los usuarios del servicio en la vía pública», agregó.