La desconocida historia de la mujer que tuvo un sueño antes que Martin Luther King

La escritora Harriet Beecher Stowe fue una firme defensora de los derechos de las personas de raza negra durante el siglo XIX

ABC, , 24-01-2014

Martin Luther King ha pasado a la historia junto a la frase «Tengo un sueño», con la que empezó su famoso discurso del 28 de agosto de 1963, en el que exigía igualdad de derechos para las personas de raza negra en Estados Unidos.

Sin embargo, aunque desde entonces esté ligada para siempre a su figura, Luther King no fue el primer defensor del colectivo afroamericano que empleaba esa frase en su lucha. Al menos, eso es lo que asegura un artículo del blog «Curistoria» que revela que su verdadero autor es la escritora Harriet Beecher Stowe.

Nacida en 1811 y fallecida en 1896, Stowe fue durante toda su vida una firme defensora de la abolición de la esclavitud y la lucha por los derechos de las personas de raza negra fue una constante en toda su obra literaria. De hecho, «La cabaña del tío Tom», su libro más conocido y un auténtico éxito de ventas desde el momento de su publicación, es considerado uno de los hitos más importantes en la lucha antiesclavista.

Su influencia fue tan grande que, según cuentan las crónicas de la época, cuando Abraham Lincoln conoció a Stowe en 1862, le confesó el placer que le causaba conocer a la mujer que había escrito el libro por el que había empezado a la Guerra Civil de Estados Unidos. Un conflicto que enfrentó a los estados del norte y del sur del país y finalizó con la victoria de los primeros y la abolición de la esclavitud.

Unos años después, según revela el historiador y periodista Pancracio Celdrán en el libro «Anécdotas de la historia», cuando estaba a punto de fallecer y probablemente hacía repaso mental de su vida y sopesaba su colaboración a la abolición, Stowe pronunció por primera vez las palabras que casi setenta años después Martin Luther King convertiría en un auténtico símbolo de la lucha contra el racismo: «Tuve un sueño». Ambos personajes no solo soñaron con un mundo mejor, sino que contribuyeron a conseguir que cada vez estuviera un poco más libre de racismo.

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