ARTE
Las mujeres-mueble de Allen Jones
La fotografía de Dasha Zhukova sentada sobre una mujer-silla del escultor noruego Bjarne Melgaard reaviva la polémica que el artista británico levantó hace ya 45 años
Diario Vasco, , 24-01-2014La imagen de Dasha Zhukova, ataviada con camisa blanca y vaqueros, sentada sobre una mujer negra dio el pasado martes la vuelta al mundo. En realidad, era una silla escultura, pero su asombroso realismo, la desnudez de la figura sobre la que reposaba y el color de piel convirtieron a la novia del multimillonario ruso Roman Abramovich, en una “racista” a ojos de muchos de los millones de personas que vieron la imagen.
La exmodelo y editora de la revista de moda y arte ‘Garage’ tuvo que pedir perdón e insistió en que la obra de arte era una protesta contra los prejuicios. Pero, ¿de dónde viene la escultura? Se llama Bjarne Melgaard y es un artista noruego que se ha inspirado en la obra del británico Allen Jones. En 1969, Jones desató la polémica con un conjunto de esculturas un perchero, una mesa y una silla en los que incorporaba modelos de fibra de vidrio de mujeres sumisas, esta vez blancas, y con trajes de cuero diminutos.
Las esculturas fueron fundidas en fibra de vidrio por una empresa que produce maniquíes de escaparates, cada uno por unos 1.800 euros, mientras que la lencería de cuero la suministraba la misma empresa que suministraba los ceñidos trajes a Diana Rigg en la serie británica de ‘Los vengadores’.
Cuentan en el Dailymail, que la primera vez que se exhibieron las esculturas, la ola de protestas no tardó en llegar. Las feministas aseguraron que la obra convertía en las mujeres en nada más que un mueble, o en objetos en los que un hombre podía colgar un abrigo o dejar una cerveza. Se habló incluso de ‘forniphilia’, una perversión sexual con la que se describe a quienes se excitan disponiendo a personas como si fueran muebles. La revista feminista ‘Spare Rib’ llegó a sugerir que a Jones le aterrorizaban las mujeres y que tenía un “complejo de castración”.
Desde entonces la polémica no ha parado. En el Instituto de Arte Contemporáneo de Londres las obras acusaron el lanzamiento de bombas fétidas y bombas de humo. Años más tarde, cuando ‘Mujer como una butaca’ se presentó en la Tate, también fue atacada con pintura y restaurada posteriormente.
Algunos años más tarde, cuando ’ Mujer Como Una Butaca ’ se presentó en la Tate , fue atacado con pintura stripper que marchita la piel en la cara del maniquí. Desde entonces ha sido restaurado. Los atacantes nunca fueron capturados , pero ya que se llevó a cabo en el Día Internacional de la Mujer , se asumió feministas estaban detrás de él.
Tal y como ahora ha señalado Zukova, Jones afirmó en su día que no se propuso nunca que su obra fuera ofensiva y que estaba protestando contra el sexismo y no deleitándose con el. Su principal objetivo, explicaba, era ser iconoclasta. Con la escultura como una forma de arte pasado moda en los convulsos años sesenta, Jones quería revivirlo pero mediante el uso de materiales industriales. "Mi idea era ofender cánones del arte de la época.
Tampoco niega que además de romper tendencias, el impulso sexual estaba ahí. Dice Jones que parte de la inspiración vino de ver a mujeres caminando por Londres en minifalda y pantalones ceñidos. “Yo vivía en Chelsea y tenía un interés en la figura femenina y la carga sexual que emana de ella. Cada sábado en la calle del Rey veía que las faldas eran más cortas y que cada semana la apuesta subía”.
Cada vez más sexual
Con el tiempo, su obra cada vez tuvo más carga sexual. El cineasta Stanley Kubrick, amante de su obra, trató de que elaborara nuevas esculturas para ‘La naranja mecánica’ pero al percatarse Jones de que no iba a recibir dinero por ellas rechazó el trabajo. Aunque nunca fue tan famoso como sus contemporáneos, Hockney, Roy Lichtenstein o Andy Warhol, Jones estaba en la vanguardia del movimiento de arte pop británico. Su mobiliario y el furor que provocó actuaron como un impulso para sus carreras, levantando su perfil público .
Sin duda, le trajo el éxito financiero. Un conjunto completo de los muebles – se produjeron seis ediciones de cada grupo de tre – fue adquirido por Gunter Sachs, el playboy alemán que estuvo casado con la actriz Brigitte Bardot. En 2012, la colección de arte de Sachs fue subastada en Sotheby, donde el conjunto de muebles se vendió a algo más de 3,1 milloens de euros, aunque Allen Jones recibió sólo algo más de 12.000 euros.
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