Los puentes entre Galicia y América Latina

La Voz de Galicia, Daniel Taboada, 20-01-2014

Todas las partes se han congratulado por la adjudicación en subasta de Novagalicia Banco al banco venezolano Banesco, por considerar la opción de la banca latinoamericana como la más adecuada, de entre todas las opciones en liza. Tanto por el hecho objetivo de ser la mejor económicamente para el FROB como por el modelo de negocio que presentan, a través del equipo del Banco Etcheverría, de integración y mantenimiento de empleo, con respecto a la sociedad adquirida, que sería difícilmente asumible en caso de haberse adjudicado a alguno de los grandes bancos nacionales en puja, que ya tenían una potente red de oficinas en Galicia.

Quisiera ahora, contagiado de los brotes verdes vislumbrados por la también reciente noticia de la reactivación del sector naval, de la mano de la mexicana Pemex, tratar de ir más allá, poniendo de manifiesto otras posibles ventajas intangibles respecto a la opción venezolana. Quizás no tan evidentes a corto plazo, pero posibles de cara al futuro, como lo han sido de hecho en el pasado para Galicia, como sociedad íntimamente ligada a la inmigración hacia y desde Latinoamérica. Con esto me refiero a una posible recuperación, a través de esta alianza, ahora bancaria, de la cultura de puentes sociales y económicos que siempre ha unido a nuestra comunidad con Latinoamérica, con alternancia en la dirección de los flujos, según el momento histórico, y truncada durante los últimos años, en el caso de Venezuela y otros países afines, por desencuentros políticos, que inevitablemente conllevan el deterioro de dichos puentes, muy a pesar de sus virtuales usuarios: trabajadores, empresarios y sociedad en general.

Si algo nos ha enseñado esta crisis que vivimos es que el mundo no lo gobiernan los políticos, sino que realmente lo dirigen las grandes corporaciones financieras, por lo que ahora Galicia debe tratar de rentabilizar la oportunidad que le brinda esta alianza con la entidad financiera sudamericana, para recuperar esos puentes y liderar desde la comunidad las relaciones comerciales y de inversión con Latinoamérica.

Al igual que México, para el sector de la construcción naval, significa Pemex, Venezuela significa PDVESA, empresa nacional dedicada a la explotación de uno de los mayores yacimientos de hidrocarburos del planeta y, por tanto, demandante a través de su filial PDV Marítima de buques tanque y supply para modernizar su flota y atender sus ingentes necesidades de transporte y explotación de su estratégica industria off – shore.

Si enlazamos esto con los evidentes mecanismos de financiación – pero también políticos – que la opción de Banesco puede aportar para conseguir, por sus muchos intereses comunes en ambas costas, abrir de nuevo la puerta a la contratación de buques en España por parte de Venezuela, tendríamos así los puentes tendidos para, en este caso, romper la barrera política interpuesta en los últimos años y conseguir los muy necesarios contratos para los astilleros gallegos.

Conviene recordar ahora que Venezuela supuso para España uno de los principales clientes para el sector de la construcción naval, con la contratación durante el Gobierno socialista de Rodríguez Zapatero de una importante flota de buques, los denominados POV y BLV, para el astillero público Navantia.

Estas posibilidades, fruto de una reflexión muy positivista de la situación, y que conscientemente ha obviado los argumentos menos favorables de la opción de la banca venezolana, para no desvirtuar la fuerza del mensaje, busca propiciar las bases para que se cimiente la teoría de la profecía autocumplida, la cual es una predicción que, una vez hecha, es en sí misma la causa de que se haga realidad.

Por otro lado, el ojo observador verá que, sin embargo, toda esta teoría socioeconómica realmente no ha pasado desapercibida para el Gobierno de Núñez Feijoo, quien poco antes de la adjudicación del concurso al banco venezolano – opción preferida por la Xunta – , programó una visita institucional a Cuba, régimen estrechamente ligado al del presidente Maduro y su predecesor, el difunto presidente Chávez.

De forma que, conscientes desde el ejecutivo de Feijoo de la oportunidad real del momento, a buen seguro que será el primero de muchos otros viajes, con el objetivo de revitalizar esos puentes, en esta nueva andadura latinoamericana, que ahora comienza para nuestra comunidad.

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