La Liga Norte corteja a los ultras

El partido que gobierna en la Italia más industrial radicaliza su discurso

La Vanguardia, EUSEBIO VALRoma. Corresponsal, 17-01-2014

Italia asiste con inquietud a la radicalización del discurso de la Liga Norte, a los exabruptos racistas de un partido que gobierna en las tres regiones más industrializadas y ricas del país: Lombardía, Piamonte y Véneto.
STEFANO RELLANDINI / REUTERS / ARCHIVO
Carteles de la campaña que la Liga Norte lanzó en el 2008 contra la inmigración
Bajo la dirección del nuevo secretario, Matteo Salvini, un hombre poco refinado y de retórica incendiaria, la Liga Norte está cortejando sin ambages al electorado ultraderechista, con la mirada puesta en las elecciones europeas de mayo. Sus invectivas contra la moneda única son calcadas de las que utiliza Marine Le Pen en Francia, el partido xenófobo de Gert Wilders en Holanda y fuerzas populistas y ultranacionalistas equivalentes en Austria, Eslovaquia, Bélgica y otros países.
Los liguistas, que dicen aspirar a la independencia de la Padania –la Italia septentrional–, son admiradores –ciertamente poco deseados– del soberanismo catalán. El pasado 11 de septiembre, en solidaridad con la Via Catalana, los parlamentarios de la Liga Norte –incluido su fundador, Umberto Bossi– se presentaron en las dos cámaras luciendo camisetas con la bandera estelada.
Una de las actuales obsesiones de la Liga Norte es la ministra para la Integración, Cécile Kyenge, de origen congolés, a la que no han dejado de insultar gravemente desde que asumió el cargo. Le han dicho de todo, con lenguaje barriobajero y expresiones indignas de un país civilizado. Ayer mismo, el propio Salvini defendió la decisión del periódico del partido, La Padania, de publicar la agenda diaria de la ministra, con el poco disimulado propósito de que se boicoteen sus actos públicos y se la acose e insulte allá donde vaya. Según Salvini, Kyenge “trabaja contra los italianos”.
En la misma entrevista televisiva, Salvini afirmó estar “cada vez más convencido de que fuera del euro habrá un relanzamiento del empleo, del comercio y de nuestra economía”. A quienes critican que su partido vaya de la mano de Le Pen, les recordó que el Frente Nacional encabeza los sondeos en Francia gracias a su batalla contra el euro.
La exagerada gestualidad llevó a los senadores liguistas a ocupar el despacho del presidente de la Cámara en protesta por un proyecto de ley que pretende eliminar la cárcel para ciertos delitos, incluido el de violar las leyes de inmigración.
La xenofobia siempre ha estado presente en la Liga Norte. No es un fenómeno nuevo. En el 2008, uno de los carteles electorales mostraba a un indio norteamericano –con plumas en la cabeza– y el siguiente texto: “Ellos sufrieron la inmigración; ahora viven en las reservas”. Quien fue cardenal arzobispo de Milán, Dionigi Tettamanzi, desató la furia de los liguistas por su actitud abierta a los inmigrantes y su no oposición a que se construyera una mezquita en la ciudad.
La Liga Norte, aliada durante 20 años de Berlusconi, busca renovar su identidad porque su consigna histórica, “Roma ladrona”, ha perdido credibilidad. Los liguistas, incluido su fundador, Umberto Bossi, han estado implicados en graves escándalos de corrupción. La familia de Bossi echó mano al dinero del partido para pagar caprichos de los hijos y hasta un falso título académico expedido por una universidad albanesa La Fiscalía de Turín, mientras, ha pedido juzgar al presidente de la región de Piamonte, el liguista Roberto Cota, y a 37 parlamentarios regionales por gastos presuntamente improcedentes.
Las actitudes xenófobas de la Liga Norte y su acoso a la ministra Kyenge están provocando reacciones. En un comentario en portada, anteayer, el diario turinés La Stampa –propiedad de la compañía automovilística Fiat– lamentaba que la Liga Norte hubiera abandonado su noble propósito original de construir un federalismo moderno para caer en las posturas populistas más primarias, “antihistóricas”, del “racismo secesionista”, al quedar el partido en manos de gente con nula cultura y que apela a los instintos de pueblo llano. Según La Stampa, se trata de “una opción suicida” que tal vez les dará votos a corto plazo pero no será un éxito duradero. La Repubblica, por su parte, calificó de “bellaquería” la conducta de la Liga Norte, en especial el gesto de un parlamentario que se pintó de negro para intentar demostrar que los inmigrantes son tratados con ventaja en Italia. El nuevo secretario del Partido Demócrata (PD), Matteo Renzi, calificó de “vergonzoso” el acoso de la Liga Norte a Kyenge y pidió a los militantes que acudan a sus actos para hacerle de escolta y darle apoyo.
El filósofo Massimo Cacciari, exalcalde de Venecia, consideró que la política de la Liga Norte demuestra la ignorancia de ciertos sectores y las lagunas del sistema educativo italiano. En una entrevista con la emisora RAI News 24, Cacciari habló del “carácter cultural regresivo” de “quienes no consiguen vivir en un mundo global”. Para el filósofo, la inmigración es y será un fenómeno inevitable, dado el desfase de bienestar que hay, en nuestro caso, entre Europa y África. “Impedirlo no es realista”, dijo. Los exabruptos racistas de la Liga Norte representan, para Cacciari, “el intento desesperado de mantener una identidad étnica, que es lo más ilusorio que puede haber en este mundo globalizado”.

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