Madrid / cañada real

Tirotean a miembros de Los Brunos y Los Montoya al grito de «¡Sois unos chivatos!»

La Policía investiga un ajuste de cuentas entre clanes de la droga. Los agentes hallaron diez casquillos de bala

ABC, M. J. Álvarez, 16-01-2014

La Policía Nacional investiga el tiroteo que se produjo la pasada madrugada en el sector IV de la Cañada Real Galiana debido a un presunto ajuste de cuentas entre clanes dedicados al tráfico de estupefacientes.

Los hechos sucedieron sobre las cuatro de la madrugada, cuando la sala del 091 recibió un aviso para acudir a esa zona, situada en San Blas, y próxima a la polémica área situada junto a la incineradora de Valdemingómez; un espacio que nunca duerme, debido al negocio ilícito que allí se realiza las 24 horas del día.

La llamada alertaba de varios disparos que se habían producido en ese lugar degradado, situado en el número 7 de la Cañada Real de Merinas.

Hasta allí acudió una patrulla del Cuerpo Nacional de Policía. A su llegada, se encontró con un grupo de personas de etnia gitana visiblemente alteradas, quienes les relataron que poco antes habían aparecido de improviso en esa dirección cuatro sujetos, también gitanos.
«Atreveos a salir a la calle»

Según explicaron, los recién llegados, en actitud chulesca, les espetaron: «¡Chivatos!», y, acto seguido, profirieron todo tipo de insultos. Después, les retaron:«¿A que no os atrevéis a salir a la calle a enfrentaros con nosotros?».

Los sorprendidos sujetos, precisaron a los agentes que se negaron a responder a las provocaciones. Mientras tanto, los «visitantes», que iban armados, en vista de que sus «enemigos no entraban al trapo», tras amenazarles abandonaron el lugar en un Audi.

Después de realizar varios trompos con el vehículo de alta gama que llevaban —probablemente, robado—, los supuestos agresores continuaron su marcha hasta un cambio de rasante situado en la carretera M-823, que comunica esa parte del distrito de Vicálvaro con el municipio de Rivas Vaciamadrid.

Desde ahí, aprovecharon para parar el coche y, a continuación, descerrajar una lluvia de disparos en dirección a sus rivales, que se encontraban justo debajo, tras lo cual se dieron a la fuga. Su intención parecía claramente atemorizar a sus supuestos adversarios, a los que, por fortuna, no alcanzaron, por lo que no hubo que lamentar ningún herido.

Los agentes hallaron en el lugar de los hechos 10 cartuchos detonados de una pistola automática del calibre 9 milímetros parabellum.

La Policía trata de esclarecer el móvil del suceso. Todo apunta a un ajuste de cuentas. Alguno de los amenazados pertenecen al conocido clan de los Brunos, y otros al de los Montoya, unos históricos en este ilícito negocio, junto a los Gordos y los Emilios.

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