Los viajes al extranjero, inaccesibles para la mayoría de los cubanos
A un año de la reforma migratoria, los ciudadanos se enfrentan al precio de los billetes y a la dificultad para obtener visados
ABC, , 15-01-2014A un año de la entrada en vigor de la reclamada reforma migratoria en Cuba, que acabó con décadas de restricciones, unos 185.000 ciudadanos han podido viajar al exterior desde esta isla de once millones de habitantes. Los escollos son ahora el precio del billete o la obtención del visado de entrada en el país de destino.
El régimen de los Castro eliminó el 14 de enero de 2013 los engorrosos «permisos de salida», obligatorios durante más de medio siglo cuando los cubanos querían salir de su país. Se extendió además de once meses a dos años el tiempo de permanencia en el exterior sin perder la residencia. Las trabas ya no son ahora legales sino económicas.
Los cubanos se siguen arriesgando a huir por mar
Con un salario medio de 20 dólares al mes (14,6 euros) es difícil que un cubano corriente pueda pagar un billete de ida y vuelta a Miami de unos 500 dólares (365,6 euros) o el pasaporte que cuesta un centenar de dólares (73 euros). A no ser que pertenezca al régimen o trabaje en el turismo. Además, la mayoría de los países, salvo algunos caribeños, exige visado a los cubanos. Muchos consulados les piden demostrar su solvencia económica para evitar que «se queden» en su territorio. La dificultad para obtener el visado es la causa de que no hayan descendido las peligrosas salidas ilegales por mar.
A pesar de esta carrera de obstáculos, entre enero y noviembre de 2013 el régimen castrista registró 257.518 viajes al extranjero, realizados por 184.787 cubanos. Estas cifras representan un aumento del 35 por ciento respecto a 2012. El 36 por ciento (66.510) se trasladó a Estados Unidos, según el coronel Lamberto Fraga, segundo jefe de la dirección de Inmigración y Extranjería del Ministerio de Interior. De ellos, el 60 por ciento no había regresado a la isla a finales de año, según las cifras oficiales.
Los disidentes de la dictadura comunista se han visto beneficiados con la reforma migratoria. Berta Soler, Yoani Sánchez, Guillermo Fariñas o Elizardo Sánchez salieron de Cuba en varias ocasiones a lo largo del año. La bloguera crítica reconoce que «las salidas han actuado en parte como válvula de escape a la inconformidad» y que las giras internacionales de los opositores han sido una oportunidad «extraordinaria» que les «ha ayudado a modernizar enfoques». La mayoría de los que han podido viajar han sido invitados por organizaciones o por familiares.
Quien tiene dólares
La economista disidente Karina Gálvez, que el año pasado pudo conocer Europa, señaló a ABC desde Pinar del Río que la apertura migratoria «ha sido positiva porque ha ampliado las posibilidades de que los cubanos salgamos al mundo»;pero puntualizó que «tiene las mismas pegas que las demás reformas del Gobierno, que son solo accesibles para quien tiene dólares, casa, automóvil…». «En lugar de beneficiar a los más humildes, favorece a los que más tienen», añadió la experta de la revista digital Convivencia.
Para Alejandro González-Raga, portavoz del Observatorio Cubano de Derechos Humanos, se trata de un «ajuste migratorio para permitir la entrada y salida a discrecionalidad del régimen, no hay reforma ni derechos». Ex prisionero de conciencia de la Primavera Negra de 2003, obligado a exiliarse en España, Raga precisó que «bastantes cubanos» están intentando sin éxito trasladarse a la isla desde Estados Unidos, España o Colombia. Tampoco pueden salir de Cuba los ex presos políticos de la misma oleada represiva que en 2010 pidieron quedarse en el país. Una esperada reforma migratoria con trabas económicas y políticas.
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