Patrulleras obsoletas y con falta de mantenimiento. Lanchas incapaces de alcanzar la misma velocidad que las fueraborda de los narcos. Escasez de agentes que impide sacar más de una embarcación al mismo tiempo a vigilar las aguas valencianas. Imposibilidad de cubrir todala extensión de la costa de la Comunitat. Son algunas de las denuncias que la Asociación Unificada de Guardias Civiles ha lanzado en torno al estado de las tres unidades marítimas de la Benemérita en la región. Y entre las consecuencias de estas carencias, una que destaca un portavoz de AUGC: «Las limitaciones personales y de material pueden repercutir en la lucha contra la comisión de determinados delitos, como el combate del narcotráfico y la llegada de pateras».

Las tres embarcaciones con las que cuenta el servicio marítimo de la Guardia Civil en Valencia y Alicante «no sólo están obsoletas». Una de ellas, la denominada de «gran altura» (las de mayor potencia y utilizadas en los operativos de calado), «no es útil ni para auxilios en alta mar ni para perseguir otro tipo de embarcaciones, generalmente más rápidas», como señalan desde la asociación.

La situación del parque móvil de embarcaciones se ha visto ‘mejorado’ precisamente por la incorporación de navíos procedentes del narcotráfico. Lanchas de gran potencia procedentes de organizaciones dedicadas al tráfico de drogas han pasado a ser utilizadas por la Guardia Civil tras quedar incautadas por el Estado. Verdaderas flechas en el mar, como destaca la Benemérita. Aunque desde la AUGC puntualizan: «Son muy rápidas, pero no cumplen las medidas de seguridad». De hecho, como aseguran desde la asociación, «ni siquiera tienen cinturones» de amarre para los guardias civiles, lo que ha motivado que, por ejemplo en Alicante, algunos agentes estuvieron a punto de caer por la borda por esta carencia.

Pero los problemas materiales no son los únicos que dificultan la lucha contra el narcotráfico y la llegadas de pateras, aunque este último delito ha pasado a ser casi testimonial en la Comunitat: el año pasado tan sólo llego una a las costas de la región, mientras en 2011 arribaron casi medio centenar de inmigrantes por esta vía y en 2009 se detectaron hasta 20 pateras. La presencia de los radares del Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) ha mermado la capacidad de las mafias para actuar en aguas valencianas, reconocen desde la Guardia Civil.

Los problemas que presentan los navíos «se están agravando por la falta de personal al no reponerse a los agentes que causan baja por depresión», denuncia la entidad. Y esta es la razón de que, según AUGC, en Alicante sea «imposible poder sacar dos embarcaciones diarias para poder atender toda la demarcación». Carencias que los agentes extienden «a las costas de Valencia y la de Castellón».

Desde la asociación también critican los turnos de ocho horas, en lugar de los de 24 que existían hasta ahora, «por poco operativos», así como la «falta de experiencia de los mandos», con una frase demoledora: «Muchos de ellos piensan que es igual un coche que un barco».