TRIBUNALES
«Juro por amor a Alá que no arrojé a mi hija al mar»
El acusado de tirar a su hija al mar cambia su versión de los hechos y afirma ahora que no durmieron en la zona de Montetxio, sino en el malecón
Diario Vasco, , 14-01-2014El hombre acusado de arrojar a su hija de dieciocho meses al mar en Zarautz ha negado este lunes la imputación y en el transcurso de su declaración en la Audiencia de Gipuzkoa ha jurado por Alá que no mató a la pequeña. «Juro por amor a Alá que no arrojé a mi hija al mar», ha asegurado. El imputado, no obstante, ha introducido en el relato de los hechos una más que relevante modificación. En contra de lo que hasta ahora había manifestado, que la noche de autos durmió en una zona de chabolas en Montetxio, un paraje de monte situado sobre el puerto zarauztarra, encima del restaurante Aiten Etxe, este lunes ha reconocido que mintió, que en realidad tanto él como su hija pasaron la noche bajo unos soportales del malecón de Zarautz. Manifestó que faltó a la verdad por temor a que los servicios Sociales de la Diputación le retirasen en la niña al saber que había pasado la noche en un rincón del paseo marítimo.
Esta variación en el relato de los acontecimientos es de capital importancia, toda vez que el informe realizado por los médicos forenses de Gipuzkoa contradice la versión que hasta ahora había mantenido y que situaba los hechos en la zona de Montetxio. El padre declaró entonces que dejó dormida a su hija y que cuando despertó ya no estaba a su lado, por lo que dio a entender que la menor bajó del monte hasta el mar por sus propios medios.
Sin embargo, la autopsia que se practicó al cadáver desveló que la pequeña no presentaba ninguna lesión anterior a su muerte en los pies ni tampoco en otras partes del cuerpo. Esta ausencia de heridas, a juicio de los peritos, resultó incompatible con el modo en que, según el primer relato del padre, sucedieron los acontecimientos. Los expertos opinaron que la niña no pudo bajar sola desde el lugar en el que dormía sin haber sufrido algún tipo de lesión, y menos aún de noche y descalza, como al parecer se encontraba.
Para descender hasta la playa es preciso pasar por una intrincada ruta de escaleras o bien bajar por un camino que combina tierra y piedras. Además, es necesario superar una valla metálica de cierta altura para la menor que separa el paseo que discurre junto al mar y la carretera. Los expertos coinciden en señalar que cualquiera de las dos vías que la menor hubiera elegido, le habrían abocado a sufrir una o más caídas.
Con la nueva versión ofrecida por el acusado, esa ausencia de lesiones en el cuerpo la víctima es ya compatible con el estado en el que la menor fue hallada.
En la sesión de este lunes, el acusado ha reconocido asimismo que la relación con la madre de la niña fue tormentosa. Acusó a la mujer de chantajearle y dijo que desatendía a sus hijos. Añadió que se «acostaba con cualquier hombre».
En la vista también testificaron la hermana del acusado y un conocido. Ambos han asegurado que el procesado quería «muchísimo» a su hija y que es imposible que le matara,
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