El próximo 19 de enero la Iglesia celebra la Jornada Mundial de las Migraciones. Con este motivo, la Conferencia Episcopal Española presentó ayer una campaña para implicar a toda la comunidad católica en el apoyo a este colectivo. Además, justo este año se celebra el centenario de la jornada de las migraciones, que nació en 1914. José Luis Pinilla, director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Migraciones, presentó ayer la campaña «Ha100do un mundo mejor» que busca concienciar a los españoles que conviven con el fenómeno de la inmigración sobre la necesidad de incorporar a estas personas dentro de la vida de cada comunidad, después de, en muchos casos, haber sufrido muchas vicisitudes para conseguir entrar en nuestro país. Lo cierto es que el Papa Francisco ha demostrado desde el primer momento lo importante que es el apoyo a este colectivo. «Él fue el primero que se trasladó a Lampedusa a comprobar en primera persona el desastre ocurrido allí y uno de sus primeros gestos fue el de reclamar una mayor sensibilidad por parte de los dirigentes europeos al decir que la situación le producía ’’vergüenza’’», explicó el obispo de Albacete, Ciriaco Benavente que expuso algunas de las frases que el Santo Padre envía en su mensaje para este día: «Los inmigrantes no son peones en un tablero, son personas», subraya Francisco, e insiste en la dignidad de la persona porque «los hombres y mujeres están hechos a imagen de Dios», reza su mensaje.

La Iglesia española ha redoblado el esfuerzo que realiza por los inmigrantes y el obispo aseguró que muchos voluntarios que trabajan en parroquias «han conseguido colocar a más inmigrantes que algunos trabajadores sociales», subrayó Benavente, que no dudó en insistir en la necesidad de cambiar algunas medidas que mantiene el Ejecutivo de Rajoy, como las cuchillas de las vallas de Melilla. Una iniciativa que monseñor Benavente calificó de «lamentable», ya que considera que es un problema «por el que el mundo no se preocupa y que debería afrontar. La política europea debería prestar más atención a este problema». Tampoco le gusta la retirada de la tarjeta sanitaria a las personas que no tienen los papeles en regla porque «el derecho a la salud es universal y no debe ser restringido», afirmó el obispo de Albacete que, sin embargo, considera que esta medida «se está practicando con benevolencia en varios puntos de España».