El polémico humorista francés Dieudonné intenta salvar su vetada gira
El Día, , 09-01-2014París, EFE El polémico humorista francés Dieudonné, a quien las autoridades intentan vetar por sus bromas contra los judíos, presentó hoy un recurso judicial para salvar la gira que quiere iniciar mañana en Nantes, tras la prohibición que le impide subirse a un escenario de esa localidad.
Así lo hizo saber hoy uno de sus abogados, tras la suspensión dictada por el delegado del Gobierno competente en esa ciudad del este de Francia, en virtud de una orden del ministro del Interior, Manuel Valls, quien entiende que sus supuestos ataques a la dignidad de las personas prevalecen sobre la libertad de expresión.
La decisión aplicada en Nantes se suma a la de otras localidades, como Burdeos, Caen, Orleans o Tours, que también han censurado las actuaciones de Dieudonné, que quiere llevar a 22 ciudades su espectáculo “Le Mur”, estrenado ya en París.
El recurso interpuesto por Dieudonné se suma a la denuncia presentada por el cómico contra el ministro del Interior por las acusaciones que ha vertido sobre él, pues considera que atentan contra su honor.
Se trata de un episodio más del mediático pulso que mantienen el humorista y el Gobierno, que no considera a Dieudonné un artista sino un agitador político que llama al odio antisemita y al que la justicia ha condenado en firme en siete ocasiones por injurias racistas.
Habitual del escándalo y la polémica, el monologuista cuenta con un nutrido y heterogéneo plantel de seguidores y suele arremeter en sus espectáculos contra los judíos, pero también contra los chinos, los islamistas o las mujeres.
Solo en la red social Facebook donde se presenta ataviado como el Che Guevara tiene casi medio millón de adeptos y antes de que se prohibiera su representación en Nantes había vendido más de 5.000 entradas, con un precio de entre 32 y 43 euros.
Diudonné M’bala M’bala es un cómico negro nacido a las afueras de París hace 47 años, hijo de un contable camerunés y de una socióloga francesa, que acumula dos décadas de trayectoria en escena y casi otros tantos años de devaneos con la política.
Empezó su aventura artística formando un dúo que duró diez años con el humorista judío Elie Semoun, recibiendo el aplauso casi unánime de sus colegas de profesión.
En aquellos años noventa, su discurso era esencialmente antirracista e incluso llegó a presentarse a las elecciones legislativas en Dreux (noroeste) contra el ultraderechista Frente Nacional (FN).
A finales de esa década, Dieudonné se separó de Semoun por desavenencias financieras y en 2002 participó en la película “Astérix y Obélix: Misión Cleopatra”.
Fue un año después cuando se zambulló por primera vez en la polémica antisemita. Apareció en un programa de la televisión pública disfrazado de extremista judío y en medio de una delirante diatriba lanzó un “Heil Israel”, en alusión al saludo hitleriano.
A partir de entonces fue radicalizando su discurso, ahondando en esa provocación antisemita y apoyando al Frente Nacional al punto de convertir al fundador de ese partido, Jean-Marie Le Pen, en el padrino de uno de sus siete hijos.
Para algunos se trata solo de una provocación antisistema, como cuando el pasado diciembre fue testigo de una boda homosexual en una cárcel, enlace entre un asesino en serie y el autor de un cuádruple asesinato. También ofició como padrino de esa misma ceremonia el terrorista venezolano Ilich Ramírez Sánchez, “Carlos”.
Para otros, como para la ministra francesa de Justicia, Christiane Taubira, Dieudonné “profesa el antisemitismo abiertamente” y “se divierte con un crimen contra la humanidad”.
Taubira, una de las voces más críticas contra el cómico, ha reclamado a todas las autoridades el Estado que hagan lo posible por cobrar las multas por injurias racistas a las que ha sido condenado el cómico, que superan los 65.000 euros.
Dieudonné se declara sistemáticamente insolvente. Ha puesto a nombre de su novia y de su madre sus derechos de autor y los beneficios de sus productos promocionales, así como la empresa de producción que gestiona sus espectáculos, Plume, que en 2012 facturó 1,8 millones de euros.
La justicia investiga si puede haber incurrido en los delitos de organización de insolvencia y fraude fiscal e intenta comprobar si el humorista utiliza una empresa pantalla a nombre de uno de sus hijos en Camerún para blanquear dinero.
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