Lejos de aminorar, el flujo de la inmigración irregular por vía marítima hacia Europa, que el año pasado dejó tragedias como la de Lampedusa, ha arreciado con fuerza con la llegada del 2014. Al menos, así lo demuestran las últimas intervenciones de la Marina italiana, que en solo 24 horas rescató en el Mediterráneo a más de 1.000 indocumentados cuando intentaban alcanzar las costas sicilianas en precarias embarcaciones.

Según informaron ayer las autoridades italianas, helicópteros de la Marina localizaron el jueves cuatro barcazas al límite de su capacidad luchando por mantenerse a flote al sur de Sicilia, y se inició entonces la operación de rescate. En total, fueron socorridos 823 inmigrantes, que se suman a otros 233 indocumentados rescatados el primer día del 2014.

Entre los últimos inmigrantes socorridos, cuyas tareas de rescate finalizaron por la noche, se hallan 23 mujeres y 46 menores de edad, provenientes mayoritariamente de países africanos y asiáticos como Egipto, Pakistán, Irak y Túnez.

TRASLADADOS / Está previsto que los últimos rescatados lleguen esta mañana al puerto de Augusta, cerca de Siracusa (sureste de Sicilia), donde ya fueron trasladados los inmigrantes socorridos el miércoles. En este caso, procedían de Eritrea, Nigeria, Somalia, Zambia, Mali y Pakistán, y había entre ellos siete mujeres.

La nueva avalancha de inmigrantes, que no dudan en cruzar el Mediterráneo arriesgando su vida, hizo temer la posibilidad de una nueva tragedia humana como la que conmocionó en octubre la isla de Lampedusa. Dos naufragios ante sus costas causaron entonces la muerte de 366 inmigrantes eritreos, sin que las patrulleras italianas pudieran hacer nada para salvarlos. Tras la tragedia, el Gobierno de Italia lanzó una operación especial de vigilancia y salvamento combinando barcos, helicópteros y aeronaves no tripuladas para supervisar el Mediterráneo.

En el último año, la cifra de entradas por mar a Italia desde el norte de África se ha multiplicado por más de tres, debido principalmente a la llegada de refugiados sirios que huyen de la guerra civil y de los que sueñan con escapar de las hambrunas en el Cuerno de África.