un grupo de internos del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de la Zona Franca de Barcelona ha presentado en el juzgado de guardia, a través de dos abogados de entidades de derechos humanos, una denuncia en la que sostienen haber sido víctimas de agresiones por parte de la Policía Nacional los pasados 31 de diciembre y 1 de enero. Fuentes policiales y judiciales han reconocido que en la noche de Fin de Año fue requerida la presencia de unidades antidisturbios en el recinto, a raíz de una manifestación convocada en la puerta y los alborotos que estaban provocando algunos de los recluidos en su interior. Sin embargo, negaron que estas unidades llegaran a actuar e indicaron que solo «calmaron los ánimos» de los internos.

El mismo 1 de enero los abogados Andrés García Berrio, miembro de la Coordinadora para la Prevención y Denuncia de la Tortura, y Cristina Fernández Bessa, del Observatorio del Sistema Penal y los Derechos Humanos, presentaron la denuncia. Los letrados sostienen que en la tarde noche del 31 de diciembre una voluntaria de la plataforma Tanquem els CIES les comunicó que había recibido una llamada de un interno alertándole de que la policía les estaba agrediendo. «La policía se ha llevado a tres personas, los van a matar a golpes. Llama a alguien para que venga, que venga, que nos van a matar», le dijo el comunicante.

GOLPES «ALEATORIOS» / Al día siguiente, la misma voluntaria recibió otras dos llamadas de internos del CIE que afirmaban que la policía les estaba «haciendo la vida imposible» y les había estado «humillando toda la noche».

Según la denuncia, los antidisturbios habían golpeado «aleatoriamente» a algunos internos y a otros les habían obligado a salir de la ducha a base de golpes y gritos. Los internos insistieron en que había «muchas personas heridas que no han sido debidamente atendidas por los servicios médicos» y concretaron que la policía había fracturado la pierna a un compañero y que a otro le había lesionado en una rodilla.

Los abogados ampliaron ayer mismo en el juzgado la primera denuncia y aportaron más detalles sobre lo supuestamente sucedido en la Nochevieja en el CIE, como que la policía había sacado a dos recluidos de las duchas profiriéndoles gritos y golpes. Uno de los testigos apunta a un jefe de servicio como el instigador. Los letrados han comunicado los supuestos altercados también a los juzgados que ejercen el control del CIE barcelonés.

DEPORTADOS / En la denuncia se pide que se tome declaración a la testigo a la que los recluidos informaron por teléfono y la suspensión temporal de los procesos de expulsión de cinco internos mientras dura la investigación. Sin embargo, los abogados explicaron ayer que estas personas fueron deportadas el jueves.

El Síndic de Greuges, Rafael Ribó, consideró ayer «necesario» que los profesionales de la institución o los del Defensor del Pueblo puedan visitar de forma inmediata el CIE, ya que él mismo dispone de informaciones de que ha habido personas «con contusiones de diversa consideración y acciones de protesta, entre las que destaca una huelga de hambre».