TRIBUNALES
Seis crímenes para la Justicia en 2014
El año comienza con el proceso a un padre acusado de arrojar al mar a su hija de un año en Zarautz. Asesinatos, homicidios robos con intimidación, delitos de violencia doméstica, tráfico de drogas, lesiones... casos para el año próximo
Diario Vasco, , 07-01-2014La Justicia tiene ante sí un año repleto de casos por juzgar. Asesinatos, homicidios robos con intimidación, delitos de violencia doméstica, tráfico de drogas, lesiones… Solo la Audiencia de Gipuzkoa tiene señalados para 2014 nada menos que seis crímenes. Los hechos no se perpetraron el pasado año. Algunos datan de 2011. Los asuntos que siguen son algunos de los procesos que informativamente acapararán el interés en el año que está a punto a arrancar.
La muerte de una niña de año y medio
2014 empezará con un caso que hace dos años y medio estremeció a la sociedad guipuzcoana. La víctima fue una niña de 18 meses, cuyo cadáver apareció en la playa de Zarautz. La Fiscalía de Gipuzkoa imputa el fallecimiento de la pequeña al padre, un hombre de nacionalidad marroquí para quien solicita penas que suman veintitrés años y seis meses de prisión por tres delitos, uno de asesinato y dos de amenazas a su expareja, madre de la niña.
La niña se llamaba Aicha Rezmives. Su cuerpo fue hallado la mañana del 7 de octubre de 2010. A las 5.20 horas, el padre de la pequeña, Mohamed Chabou, que entonces se identificó como Said, llamó al Centro de Coordinación de Emergencias para denunciar la desaparición de la menor. El progenitor, de 43 años, relató al operador que atendía el servicio que tanto él como su hija habían dormido en una chabola situada en el parque Montetxio, ubicado sobre la carretera N-634, junto al restaurante Aiten Etxe y al lado del pequeño puerto de la localidad. El padre declaró que al despertarse descubrió que su hija no se hallaba en el lugar en el que la había dejado. El aviso puso en alerta a los servicios de búsqueda y salvamento. Apenas habían transcurrido unos minutos desde el inicio del rastreo cuando el cadáver de la niña fue avistado en el agua. El cuerpo se hallaba cerca del pequeño puerto del municipio.
Tras la localización de la niña, el padre fue detenido. El arresto obedecía, sin embargo, a una requisitoria de busca y captura dictada en agosto por un órgano judicial de Bilbao. La orden instaba a la Policía a apresar al sospechoso y a trasladarlo a dicho juzgado, después de que no compareciese en un juicio por un delito de quebrantamiento de condena.
La acusación pública enmarca el fallecimiento de la menor en un largo proceso de violencia contra la mujer. Aicha Rezmives era hija del acusado y de Tabita, una mujer de nacionalidad rumana que había sido atendida por el Servicio Foral de Urgencias Sociales así como por el Centro de Acogida para Mujeres Víctimas de Violencia de Género, Urrats, donde estuvo acogida hasta en tres ocasiones, dos de ellas por los malos tratos de los que había sido objeto por parte del compañero.
El día de los hechos, según la Fiscalía, el padre arrojó a niña al mar y dejó que se ahogara.
Asesinada a manos de su pareja en Tolosa
Un joven de 27 años se enfrentará también este año a una petición de condena de veinte años. El acusado es José Antonio García Akhmlich, que en marzo de 2012 acabó con la vida de quien era su compañera sentimental en Tolosa, Caridad Ángeles Rodríguez Arrieta, de 39 años. La Fiscalía y la acusación particular que ejerce el hijo de la víctima, representado por el abogado Miguel Castells, imputan al acusado sendos delitos de asesinato. En el proceso también está personado el Ayuntamiento de Tolosa y la asociación Clara Campoamor.
El caso objeto del proceso se remonta al 23 de marzo de 2012. Según las acusaciones fiscal y particular, el inculpado y la víctima mantenían desde hacía dos años aproximadamente una relación análoga a la conyugal. La pareja residía en el primer piso del número 25 de la calle Uzturre, desde que el acusado, entre octubre y noviembre de 2011, salió de prisión tras cumplir una condena por un delito de tráfico de drogas. Junto a ellos vivía también un hijo de la fallecida, de 12 años, fruto de una relación anterior que la víctima había tenido.
Las acusaciones sostienen que el día de autos, después de comer, el acusado sacó a pasear al perro y que al regresar, sobre las cuatro y media de la tarde, encontró a su pareja «arreglándose y maquillándose» para salir. El acusado le preguntó que a donde se dirigía, a lo que ella respondió que «a él no le importaba». La respuesta de la mujer dio lugar a una discusión violenta motivada por los «celos del acusado», que finalizó con el acuchillamiento de la víctima.
Las esperanzas de Mosses truncadas en Andoain
Mosses Kargbo había nacido en Sierra Leona. Desde su país emigró a Euskadi en busca de un mejor futuro para él y su familia. Mosses no alcanzó su objetivo. Reginal R.A., un joven norteamericano de 22 años a quien la víctima había rescatado de la calle, puso fin a todas sus ilusiones. El homicida le agredió con un martillo y escondió el cadáver en el interior de un armario, donde permaneció una semana.
Víctima y agresor mantuvieron una discusión después de que Mosses le instara a apagar el televisor, pues le impedía conciliar el sueño. Ante la negativa del acusado, Mosses le recriminó su actitud. Reginal R.A. cogió entonces un martillo que había en la habitación y golpeó a la víctima en quince ocasiones, todas en la cabeza, «de forma sorpresiva, mientras estaba tumbado e inmóvil sobre el colchón y de espaldas, de tal manera que no pudo defenderse», indica la Fiscalía en el escrito de acusación.
El ministerio público reclama también que el inculpado indemnice con 139.323 euros a los familiares de la víctima. El caso será enjuiciado por un jurado popular.
Atrincherado en su casa, dispara a un ertzaina
Todavía no hay fecha para el juicio pero en la Audiencia no dudan de que la vista se celebrará a lo largo de 2014. El acusado es un vecino del barrio donostiarra de Loiola, de 48 años, que la noche del 17 de diciembre de 2011 hirió de gravedad a un agente de la Ertzaintza de 29 años después de que se atrincherase en su domicilio.
Todo comenzó en torno a las dos y media de la madrugada, en el cuarto piso del portal 12-14 del calle Plazaburu, en el barrio de Loiola. En el domicilio se encontraba en aquel momento sólo el autor de la agresión, Enrique B., de 48 años.
Testigos presenciales relataron que el hombre llamó exaltado por teléfono a su exesposa, de la que lleva separado varios años, y le manifestó su intención de «matar a todo el mundo». La mujer puso los hechos en conocimiento de la Ertzain-tza y advirtió a los agentes de que su expareja, además de hallarse muy alterado, se encontraba armado con una escopeta de caza.
Al lugar de los hechos se desplazaron varias patrullas que contactaron con la mujer. El agresor recibió a los agentes arrojándoles diversos objetos desde el balcón de su casa.
En los instantes posteriores, los policías, entre ellos el jefe de una patrulla, pudieron llegar hasta el descansillo del cuarto piso, desde donde mantuvieron una primera conversación con el individuo. No pretendían otra cosa que lograr que se tranquilizara y depusiera su actitud. Sin embargo, en aquel momento, el agresor entreabrió la puerta, asomó el cañón de la escopeta y efectuó un disparo a bocajarro que alcanzó a uno de los agentes en una pierna, justo por debajo del chaleco antibalas. Los perdigones le produjeron daños en una arteria de la que comenzó a manar sangre a borbotones.
Segundo juicio por el asesinato de Rogelia Ayensa
Primero fue el Juzgado de Menores de Donostia quien se pronunció. Ahora corresponde el turno a la Audiencia de Gipuzkoa. La muerte de Rogelia Ayensa Chivite de 93 años, que el 10 de octubre de 2012 fue hallada muerta en su domicilio de la calle San Martín, en Donostia, llevará a dos jóvenes, de 19 años, al banquillo de los acusados. Uno es hijo de la mujer que había sido contratada para cuidar de la víctima. El ocho chico es un amigo suyo.
Ambos, junto con otro menor que ya ha sido condenado en la jurisdicción que por su edad le corresponde a siete años y seis meses de internamiento en régimen cerrado y tres más de libertad vigilada, accedieron al domicilio de la víctima, situado en el quinto piso del número 36 de la calle San Martín gracias a una copia de la llave que obtuvo el hijo de la cuidadora del juego que tenía su madre. Una vez dentro del piso, la víctima fue «herida en el cuello, golpeada y acuchillada». De la investigación que se practicó, todo lleva a concluir que Rogelia Chivite fue torturada. Las evidencias que se hallaron en el piso demuestran que los autores del asesinato sometieron a la mujer a un cruel maltrato con la finalidad de que les dijese dónde guardaba las alhajas y el dinero. Así cabe concluir del análisis de las lesiones que presentaba. La mujer sufrió varios cortes con arma blanca en la zona del cuello así como en el abdomen. No obstante, ninguna de ellas fue mortal. La lesión que acabó con su vida fue causada por un brutal golpe que recibió en la zona de la cara.
Charo Román, proceso dos años después
El asesinato de Charo Román en Hernani será otro caso para un jurado. Charo tenía 55 años y trabajaba en la cocina de la Policlínica. Dejó tres hijos. El presunto autor de aquel crimen, su exnovio, Freddy Ramiro Apolo Apolo, se enfrenta a una imputación por cuatro delitos: asesinato, homicidio en grado de tentativa y dos más de lesiones. La Fiscalía reclama 34 años de prisión, además de indemnizaciones que suman 113.500 euros.
El asesinato, cometido la mañana del 3 de julio de 2011, conmocionó a la sociedad guipuzcoana. Y no lo hizo solo por la forma en la que se perpetró, en presencia de su hija, a la que el acusado hirió también de gravedad, sino por los antecedentes de malos tratos de los que había sido víctima. Román no fue solo atacada por el hombre que acabó con su vida. También había soportado palizas de otras personas con las que antes mantuvo relaciones.
El presunto asesino, de 44 años y nacionalidad ecuatoriana, había sido condenado en mayo de 2008 por un juzgado de Donostia a 31 días de trabajos en beneficio de la comunidad por malos tratos. Se le impuso también la prohibición de comunicarse con la víctima y acercarse a su domicilio y lugar de trabajo a una distancia inferior a 100 metros. La pena de alejamiento estaba cumplida cuando se cometió el asesinato. Además, Charo formuló en mayo de 2011 otra denuncia contra Freddy Apolo por haberle dirigió frases injuriosas y amenazantes. La mujer retiró más tarde la querella.
Pelea mortal entre dos transportistas
Sucedió la noche del 11 de diciembre de 2011. Un camionero búlgaro perdió la vida a manos de un compatriota suyo en el polígono industrial Lambarren de Oiartzun. La vista por este caso se desarrollará en mayo. En el banquillo de los acusados se sienta el presunto autor del delito, un hombre de 55 años, de la misma nacionalidad que la víctima, que fue detenido por agentes de la Ertzaintza. La disputa se produjo poco después de las nueve y media de la noche del domingo día 11, en el polígono industrial. Los dos camioneros habían iniciado una discusión y uno de ellos agredió al otro con un arma blanca. El personal médico que se trasladó al lugar trató de mantener con vida al herido, aunque finalmente todas las maniobras de reanimación que se le practicaron no dieron el resultado deseado y la víctima falleció en el mismo lugar del suceso.
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