PABLO LÓPEZ BARBERO BERLÍN ESPECIAL PARA EL MUNDO
La inmigración agrieta la gran coalición alemana
El SPD dice que la CSU «avergüenza» al país por su retórica contra los extranjeros
El Mundo, , 03-01-2014Alemania tampoco se libra del debate migratorio que sacude a buena parte de Europa y que estos días está poniendo en apuros al recién formado Gobierno de coalición. Los socialcristianos de Baviera de la CSU –socio del Ejecutivo y marca de la CDU de la canciller Angela Merkel en la región– quieren adoptar una línea más dura contra ciudadanos de países comunitarios que llegan a Alemania para buscar trabajo.
Este proyecto surge ante el temor cada cada vez más extendido de que inmigrantes de países de la Unión Europea se trasladen masivamente a Alemania para disfrutar del amplio sistema social que ofrece a sus trabajadores mientras buscan un empleo. Concretamente, el temor está focalizado en los trabajadores de Rumanía y Bulgaria, que desde el 1 de enero tienen libertad absoluta para trabajar en el mercado laboral comunitario.
El líder de la CSU, Horst Seehofer, declaró ayer al influyente diario Bild su intención de mantener fuera del sistema a los que pretenden aprovecharse de las ayudas, y recordó que se trata de una idea consensuada con otros partidos que ya quedó plasmada en el contrato de la gran coalición que forma el Gobierno de Alemania. «Los estafadores del sistema deben quedarse fuera», declaró al rotativo.
Los socialcristianos de Baviera proponen, según la información publicada, reducir la remuneración de las prestaciones sociales a los inmigrantes durante los primeros tres meses de estancia y, al mismo tiempo, actuar contra los defraudadores. Esto incluye, por ejemplo, a los que presenten documentos falsos a las autoridades para obtener un empleo.
Las intenciones de Seehofer han provocado el rechazo frontal no sólo de los partidos de la oposición, como los Verdes, que lo tachan de «populismo de ultraderecha», sino también de sus propios socios de Gobierno del SPD. El ministro de Exteriores, el socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier, considera que las palabras del dirigente de la CSU «avergüenzan a Europa y a Alemania». En declaraciones al diario Süddeutsche Zeitung, Steinmeier afirmó que no se debe quebrar «un principio imprescindible de la integración europea», del que Alemania «seguramente se ha beneficiado mucho más» que otros países.
También el secretario de Estado de Exteriores, Michael Roth, del SPD, acusó a la CSU de utilizar «lemas tontos» que perjudican al Gobierno. Añadió que «la gran coalición no debe trabajar a este nivel», y advirtió que el juego de la formación bávara es «extremadamente peligroso». «La CSU no entiende lo que es Europa», concluye el secretario de Estado, también citado por el Süddeutsche Zeitung.
Seehofer abochornó incluso a ciertos sectores de la CDU de Angela Merkel. Fuentes de la formación conservadora han tachado sus ideas de extremistas, mientras su vicepresidente Armin Laschet declaró que la inmigración de Rumanía y Bulgaria será «un beneficio para nuestra sociedad que envejece». No obstante, también se mostró temeroso de una oleada masiva de inmigrantes: «Sólo puede venir a Alemania quien tenga un puesto de trabajo», declaró Laschet.
En Alemania existen ya reglas que minimizan los posibles abusos del sistema social del país. Pero los bávaros de la CSU llevan un tiempo pintando los peores escenarios posibles y alertando de las consecuencias que tendría una oleada de inmigrantes para el sistema social alemán. Cabe recordar que Baviera es el estado más rico de Alemania y está próximo a alcanzar el pleno empleo.
En línea con la CSU, en los últimos años se ha incrementado el número de partidos que proponen medidas populistas de corte ultraconservador par frenar el número de extranjeros que llegan a buscar trabajo al país con la economía más fuerte de Europa y que presume de atravesar una boyante coyuntura.
Es el caso de Alternativa para Alemania (AfD, por sus siglas en alemán) que, con un polémico discurso antieuropeo, estuvo a punto de entrar en el Parlamento alemán en las elecciones del pasado septiembre, y al que muchos ven como un actor muy a tener en cuenta en la política alemana durante los próximos años.
La llamada inmigración de los pobres está poniendo en aprietos al nuevo Gobierno alemán, que no lleva ni un mes en el poder. Esta primera crisis interna en el seno de la gran coalición se produce ante un tema como el de la inmigración que, aun siendo extremadamente delicado, no deja de ser recurrente antes de cada cita electoral, que es cuando más cala la retórica populista. Ésta no es una excepción, ya que el discurso contra los inmigrantes rumanos y búlgaros se produce a escasos meses de las elecciones comunales en Baviera, fijadas para el 16 de marzo, y de las elecciones europeas del 25 de mayo.
Un seguro de 380 euros mensuales
> Entre 100.000 y 180.000 inmigrantes de Rumanía y Bulgaria podrían llegar este año a Alemania, según las estimaciones del Instituto Federal de Empleo IAB.
> La propuesta de los conservadores de la CSU implica, por ejemplo, la supresión durante tres meses a estos inmigrantes de la prestación de desempleo conocida como ‘Hartz IV’.
> Consiste en un seguro de unos 380 euros mensuales, más el pago de calefacción y de alquiler. / P. L. B.
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