La UE levanta las barreras de trabajo a rumanos y búlgaros

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La Voz de Galicia, redacción / la voz, 02-01-2014

La Unión Europea levantó ayer las restricciones a los movimientos de trabajadores de Bulgaria y Rumanía, una decisión que el comisario europeo de Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión, László Andor, confía en que ayude a reducir el desempleo en el bloque comunitario, donde estima que existen dos millones de empleos no cubiertos. A partir de ahora, los trabajadores búlgaros y rumanos pueden ejercer su derecho al trabajo en todos los países de la Unión, sin necesidad de disponer de un permiso laboral.

Los trabajadores de estos dos países ya podían trabajar sin restricciones en 19 países que no les pedían trámites adicionales y han podido viajar y residir en cualquier de los países de la UE desde que sus naciones se incorporaron al club europeo en 2007. La Comisión Europea estima que en la actualidad hay unos tres millones de personas de Bulgaria y Rumanía que viven en otros países de la Unión. A su juicio, es «improbable» un «incremento destacable» de la inmigración por el fin de las restricciones.

El comisario Andor se ha esforzado por destacar las ventajas de la liberalización citando estudios que demostrarían los «beneficios» de la libre movilidad de trabajadores para las economías que los acogen. «Los trabajadores movilizados complementan al país anfitrión ayudándole a cubrir vacíos y escaseces laborales. En otras palabras, no quitan trabajos a los trabajadores locales», ha asegurado el comisario.

No lo ven así en dos de los países más poderosos de la UE. Los miembros del Partido Conservador británico presionaron hasta el último minuto al primer ministro David Cameron para impedir la apertura del mercado de trabajo. En Alemania, el partido conservador bávaro asoció el fin de las restricciones a un riesgo creciente de «fraude en las prestaciones sociales». En España, donde ya viven un millón de rumanos y numerosos búlgaros, el final de las restricciones no suscitó controversia. «La gran mayoría de rumanos está bien integrada», indicó el embajador de España en Rumanía, Estanislao de Grandes Pascual.

En uno de los mercados del centro de Bucarest, varios paseantes y comerciantes confesaban «no saber bien» qué cambiaba y no contar con ningún plan de salida del país. El primer ministro rumano, Victor Ponta, y los responsables búlgaros reiteraron que no habrá ninguna ola de emigrantes. Numerosos analistas independientes señalan la imposibilidad de evaluar el número de personas dispuestas a marchar de sus países y recuerdan que las grandes olas migratorias ya se produjeron.

Desde la caída del comunismo, unos tres millones de rumanos y un millón de búlgaros emigraron en su gran mayoría a España y a Italia. Francia y Reino Unido contrataron, por ejemplo, a miles de médicos y auxiliares de clínica.

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