El ocaso del ‘campo’ de Lampedusa

Las autoridades italianas comienzan a desalojar el centro de internamiento de inmigrantes

El Mundo, S. M. MILÁN ESPECIAL PARA EL MUNDO, 26-12-2013

Una barcaza con unos 500 inmigrantes procedentes en su mayoría de Somalia y Eritrea se hunde en el mar devorada por las llamas a apenas media milla de distancia de la isla italiana de Lampedusa. «Como estábamos cerca de la costa, encendimos fuego para llamar la atención, pero el puente estaba sucio de gasolina y en pocos segundos el barco quedó envuelto en llamas», contó poco después uno de los supervivientes. Muchos se lanzaron al agua antes de que el barco se hundiera completamente. Otros ni siquiera tuvieron tiempo de hacerlo.

La tragedia, con más de 360 cuerpos sin vida rescatados –y otros tantos desaparecidos para siempre en el cementerio en el que se ha convertido el Canal de Sicilia– fue un bofetón en la cara a las autoridades italianas y europeas, incapaces de frenar un fenómeno que se repite desde hace años sin que nadie, hasta ahora, haya sido capaz de encontrar una solución que ponga fin a los desembarcos.

Pero si trágico es morir a escasos metros de la orilla del mar, no lo es menos el futuro que les espera a quienes consiguen el milagro de pisar tierra firme.

Las recientes imágenes de las condiciones en las que sobreviven los sin papeles que llegan a la isla en el único Centro de Identificación y Expulsión (CIE) de Lampedusa –con capacidad para a 850 personas–, han provocado la indignación de la alcaldesa de la isla, Giusi Nicolini, y de organizaciones internacionales como Save The Children o el Alto Comisariado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), que han pedido al Gobierno italiano que actúe con urgencia para mejorar la vida de estas personas.

Teóricamente los inmigrantes sólo deberían pasar 48 horas en este centro antes de ser realojados, pero algunos de ellos llevan varios meses recluidos.

Desnudos a la intemperie, cientos de inmigrantes son desinfectados de la sarna con mangueras mientras esperan a ser identificados. Las imágenes, recogidas en un vídeo emitido por la televisión pública italiana, muestran un auténtico campo de concentración en Europa. Entre ellos se encuentran algunos supervivientes del naufragio del 3 de octubre. «Hemos llorado con ellos y ahora son los únicos a los que les negamos la libertad», denunció Khalid Chaouki, periodista y diputado del Partido Demócrata (PD) de origen marroquí. Chaouki ha pasado los tres últimos días encerrado en el centro para denunciar las condiciones infrahumanas en las que se vive aquí.

Durante la jornada de ayer, cerca de 200 inmigrantes fueron trasladados a otros centros en Sicilia y el resto de Italia. Sólo 17 personas permanecerán en el centro en espera de que finalicen sus procesos de identificación, según anunciaron las autoridades italianas. Se trata de supervivientes del naufragio de octubre, que deberán declarar como testigos ante la Fiscalía de Palermo, que está investigando los detalles de esta tragedia.

Por otra parte, otros 17 inmigrantes perdieron ayer la vida al zozobrar su embarcación en el Mar Caribe. Los integrantes de esta expedición, presuntamente de origen haitiano, naufragaron frente a las islas Turcas y Caicos mientras eran escoltados hacia el puerto por la policía, que los había localizado. Unas 32 personas –entre ellas, 20 mujeres y un bebé– fueron rescatadas tras hundimiento.

Turcas y Caicos es una escala habitual en las rutas de inmigración a Florida. En un incidente similar, en mayo de 2007 perdieron la vida 60 personas. En 2009, otras 15 desaparecieron sin dejar rastro al hundirse su embarcación en alta mar. Más recientemente, el pasado mes de noviembre, otros 30 inmigrantes haitianos se ahogaron frente a las costas de Bahamas, informa France Presse.

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