LONDRES QUIERE EVITAR LAS 'AVALANCHAS' DE EXTRANJEROS

Bulgaria y Rumanía denuncian la política migratoria de Reino Unido

Censuran las medidas de Londres para evitar la 'avalancha' de nacionales de ambos países ante la apertura del mercado laboral dictada por la UE

El Correo, PACO SOTO, 24-12-2013

Bulgaria y Rumanía han reaccionado con contundencia a las trabas anunciadas por el Gobierno de Reino Unido a la entrada de trabajadores de estos países en su territorio a partir del 1 de enero de 2014. España donde viven más de 800.000 rumanos y 150.000 búlgaros, Francia, Alemania, Austria, Bélgica, Luxemburgo, Malta y Reino Unido, siguiendo las recomendaciones de la UE, tendrán que abrir su mercado de trabajo a rumanos y búlgaros a partir de esa fecha.

En tiempos de crisis y altos niveles de desempleo en la Europa comunitaria, muchos dirigentes políticos ponen freno a la libre circulación de trabajadores, sobre todo de los procedentes de los países más atrasados del Este. España, con mucho más paro que Reino Unido y el doble de inmigrantes búlgaros que Alemania, no ha tomado ninguna medida para frenar la inmigración en los dos Estados más atrasados de la UE. En este contexto, Londres lleva más de un año impulsando campañas de tinte xenófobo contra los inmigrantes búlgaros y rumanos que desean instalarse en territorio británico.

Reino Unido (34%) y Alemania (43%) son los dos países preferidos por búlgaros y rumanos. Los dirigentes británicos temen que se produzca una avalancha de inmigrantes de los dos países balcánicos, que se integraron en la UE en 2007, como ha ocurrido con los polacos en la última década. Según diversas fuentes, un millón de polacos viven en Reino Unido. Por este motivo Londres ha endurecido las normas para atribuir ayudas sociales a los inmigrantes comunitarios recién llegados a territorio británico.

Contra el aislamiento

El ‘premier’ británico, David Cameron, ya manifestó su oposición a una llegada masiva de búlgaros y rumanos a su país. La posición de Cameron fue criticada por el presidente búlgaro, Rosen Plevneliev. En declaraciones al rotativo británico ‘The Observer’, el mandatario búlgaro lamentó «el aislamiento, el nacionalismo y las actuaciones políticas a corto plazo» del primer ministro británico, y aseguró que «está dañando la reputación de Reino Unido». «Lo que hace falta es lograr que los muros y los telones de acero se queden en el siglo XX y darnos cuenta de que cada país, aunque se trate de Gran Bretaña o Bulgaria, es vulnerable cuando está aislado», manifestó el presidente búlgaro.

Más allá de tópicos y prejuicios, la verdad es que muchos búlgaros y rumanos no piensan emigrar a Reino Unido. Lo que ocurre, según el jefe de la diplomacia búlgara, Kristian Viguenin, es que «los humores xenófobos han tomado por blanco a los búlgaros y los rumanos».

«Los flujos migratorios se organizan en función de la demanda del mercado de trabajo», recuerda Adriana Iorga, directora de una oficina de empleo de la ciudad búlgara de Giurgiu, un planteamiento que comparte el sociólogo rumano Mircea Kivu.

Mila Mantcheva, analista del Centro de Estudio de la Democracia de Sofía, explica que «las grandes olas de emigración se produjeron después de 1989, a la caída del comunismo». Tres millones de rumanos y un millón de búlgaros abandonaron sus países. «La apertura actual del mercado de trabajo generará una emigración más pequeña», piensa Mantcheva.

La mayoría de los inmigrantes búlgaros (78%) se van a otros países de la UE para trabajar y no para vivir de las ayudas sociales; y 13% para estudiar, según un informe del Instituto AFIS. «Los rumanos quieren vivir mejor fuera de su país y buscan trabajo», afirma Mircea Kivu.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)