Los inmigrantes y retenidos en centros de identificación (CIE) en Italia continúan sus movilizaciones y protestas por el largo período que tienen que pasar en estas instalaciones y las condiciones en las que viven.

Una decena de los recluidos en un centro de Roma se han declarado en huelga de hambre. «Estamos como animales enjaulados. Esto es peor que la cárcel. No es vida», explicó al diario La Repubblica Ahmed, uno de los inmigrantes que viven desde hace meses en el CIE del barrio romano de Ponte Galeria. El sábado, varios tunecinos y marroquíes protestaron cosiéndose la boca para denunciar que llevaban un mes retenidos sin saber qué sería de ellos. «No han hecho nada, no han cometido algún delito. Son gente que ha escapado de la miseria. No hablan italiano y nadie les explica porqué tienen que estar aquí encerrados», añade Ahmed.

Según la ley igtaliana, pueden estar hasta 18 meses mientras se tramita una petición de asilo o se decreta su expulsión.

La protesta se extendió al centro de Lampedusa, donde cinco sirios han proclamado una huelga de hambre. El diputado del Partido Demócrata Jalid Chaouki, de origen marroquí, se encerró ayer con ellos y aseguró que no saldrá hasta que no se hayan trasladado a otras estructuras al centenar de inmigrantes que siguen allí retenidos, algunos de ellos supervivientes del naufragio del 3 de octubre en el que murieron más de 360 personas.

Mientras, en la localidad belga de Mons, alrededor de trescientos afganos solicitantes de asilo instalaron el domingo una acampada de protesta para solicitar reunirse con el primer ministro, Elio di Rupo, y pedir que se les garantice que ninguno de ellos será repatriado.