Freno a la entrada de 1.000 inmigrantes en Melilla
España y Marruecos evitan que los subsaharianos salten la valla
El Mundo, , 18-12-2013La presión migratoria sobre Melilla es como una montaña rusa que lleva ya demasiados meses en dirección ascendente. Los refuerzos que la Guardia Civil envió a la ciudad a finales de mayo para superar un momento crítico no han podido regresar a la península. Cómo hacerlo, tras comprobar que cientos de inmigrantes siguen en sus campamentos del Gurugú esperando a que España o Marruecos bajen la guardia para colarse en Europa por la puerta de atrás.
Ayer de madrugada, unos mil subsaharianos bajaron por la ladera del monte marroquí que se impone junto a Melilla con claras intenciones de saltar la valla. Y lo hicieron de forma muy organizada, distribuidos en dos filas indias para avanzar de forma rápida y sigilosa, ayudados por la oscuridad de la noche para pasar inadvertidos por los agentes marroquíes. Sin embargo, no pudieron cumplir su objetivo porque, si bien podían despistar deslizándose a ras de suelo camuflados por el bosque del Gurugú, su kilométrica presencia era perfectamente visible para las cámaras de infrarrojos con las que está equipado el helicóptero de la Guardia Civil.
Segunda vez en un mes
El vídeo, distribuido por la Delegación del Gobierno, no deja indiferente a nadie, a pesar de que ya se pudieron ver imágenes muy similares hace menos de un mes. En el de ayer, los inmigrantes van caminando uno detrás de otro de forma muy ordenada y divididos en dos hileras paralelas que avanzan lentamente en dirección a la valla melillense. A las 22.30 del lunes ya habían sido avistados por el instituto armado, que rápidamente dio aviso a las fuerzas marroquíes para que agudizaran los sentidos en su territorio para intentar cortarles el paso. Al mismo tiempo, la Guardia Civil también reforzó su despliegue en una «operación de defensa de la frontera» en la que participó el helicóptero y un equipo del Grupo Rural de Seguridad (GRS), formado por una veintena de efectivos especializados en el control de masas.
Todo ello permitió conseguir «una extrema presencia de fuerzas de seguridad españolas» en el lado melillense que, unido a la cooperación de las fuerzas marroquíes en la otra parte, abortó el enésimo intento de asalto a la valla en lo que va de año. Un 2013 muy duro en cuanto a la presión migratoria en Melilla, donde todavía queda por ver si las fechas clave de la Navidad, en las que la Guardia Civil suele tener mermada su plantilla, volverán a ser aprovechadas por los inmigrantes para intentar lograr su objetivo de entrar a la ciudad de forma irregular. Por eso no sería de extrañar que la imagen de los inmigrantes avanzando en fila india como hormigas por el monte se vuelva a repetir en cuestión de pocos días, o termine siendo una constante en las zonas aledañas a la ciudad.
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